“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.

Elie Wiesel. Nobel de la Paz 1986.

YANELA era una muchacha que estaba en la flor de la vida, una chica alegre que salía con sus amigas, y que sobre todo, adoraba a su hija, a sus padres y a sus hermanos.

Alguien, hace unos días, le ha arrebatado la existencia, alguien a quien de momento no damos nombre aunque se pueda sospechar la autoría. El mal ya está hecho y es duro para sus seres queridos afrontar que ya no la volverán a ver.

La noticia de su muerte nos sorprendió a todos a primera hora del lunes cuando fue encontrada en la laguna de Beriáin. No sabíamos quién era y deseábamos conocer su identidad, para poder estar cerca de su familia y poder brindar todo nuestro apoyo.

En estos momentos ya diversas organizaciones sociales e institucionales conmocionadas por tan terrible suceso han condenado el crimen y se ha puesto a disposición de la familia, la que además tiene que soportar un inmenso dolor por su pérdida.

Sin embargo, a Yanela no la han silenciado para siempre porque estará viva en su hija y en todo el clamor ciudadano que siente repulsa por semejante agresión brutal que no ha cesado hasta lograr su muerte.

Las agresiones contra las mujeres no conocen ni edad, ni procedencia ni creencias de ningún tipo. Desgraciadamente, con bastante asiduidad, nos encontramos con situaciones de maltrato que acaban en muerte, pese al aumento de número de denuncias y a todas las medidas de protección que se dictan desde los juzgados. Incluso, las agresiones llegan hasta el punto de acabar también con los hijos y dar paso a situaciones macabras, como el reciente asesinato de una mujer a manos de su marido, quien la mostró a sus parientes por videocámara.

Las organizaciones de la sociedad civil no vamos a cesar en pedir a las instituciones eficacia, coordinación y empeño para erradicar la violencia hacia las mujeres y todas las formas de desigualdad que denigran y discriminan a las mujeres.

Hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que se rebele contra dichas actitudes, para que preste su colaboración y para que diga : ¡basta ya! y especialmente, para que se solidaricen con las tantas familias destrozadas.

Silvia Rosa Velázquez Manrique

Presidenta de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes en Navarra (FAIN)