La costa de la Comunidad Valenciana volverá a quedar este año, por decisión del Ministerio de Interior, fuera de la misión Índalo que la Agencia Europea para el control de Fronteras (Frontex) desarrolla cada verano con el fin de detectar y prevenir la llegada de pateras.

Debido a la escalda de tensión que recorre el norte de África, el Frontex ha decidido adelantar el inicio de la operación Índalo al 1 de mayo —tradicionalmente comenzaba el 1 de junio— en la franja de costa que se extiende entre las provincias de Cádiz y Murcia.

Los expertos prevén que las revueltas que se están registrando en los países del norte de África, así como la intervención militar internacional que se desarrolla en Libia contra Gadafi, puede provocar en los próximos meses una auténtica avalancha de inmigrantes y refugiados que intentarán desplazarse a Europa.

De hecho, las costas italianas ya están recibiendo la llegada masiva de ilegales que huyen de la inestabilidad en Túnez. Y todavía es una incertidumbre lo que pueda ocurrir en Marruecos, donde Mohamed VI ha prometido una mayor democratización para contener la ola de descontento.

Y sin embargo, en las reuniones de coordinación del Frontex, el Gobierno ha descartado un año más incluir en el ámbito de esta misión la provincia de Alicante, que en los últimos cuatro años ha recibido cerca de 40 pateras con unos 300 ilegales a bordo.
Sin coste para el Gobierno

La decisión del ministro Rubalcaba de marginar otra vez a Alicante en esta operación internacional contra la inmigración ilegal no se debe a motivos presupuestarios, ya que es la Unión Europea la que financia los medios de vigilancia utilizados por el Frontex.

En la misión Índalo, agentes de los cuerpos de seguridad de España, Portugal, Francia, Italia y Malta vigilan cada verano la costa española desde la zona del Estrecho a la provincia de Murcia. El despliegue incluye la utilización de patrulleras, helicópteros y aviones de varios países de la UE.

Y pese a que este año el riesgo de la llegada de pateras es especialmente elevado, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil se encuentra bajo mínimos. Como ha informado ABC, la principal patrullera de que dispone el Instituto Armado permanece en dique seco desde hace un mes debido a la falta de presupuesto.
En dique seco

La patrullera «Río Guadiaro», de unos 25 metros de eslora, sufrió una grave avería en el motor de babor en febrero. Desde entonces, no se encuentra operativa porque el Servicio Marítimo no carece de presupuesto para pagar su reparación, que ronda los 15.000 euros.

Ante esta precariedad de medios, los miembros del Servicio Marítimo han tenido que recurrir, en ocasiones, a una patera abandonada que el año pasado fue hallada a la deriva, y que la Guardia Civil ha venido utilizando durante los últimos meses como embarcación auxiliar, a pesar de que carece de la preceptiva documentación.
Los fallos del SIVE

Tampoco han sido precisamente un éxito, hasta ahora, los cuatro radares del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) instalados en otros tantos puntos del litoral alicantinos. De hecho, como ha informado este periódico, el SIVE sólo detectó una de las ocho pateras llegadas el año pasado a Alicante. Dos de estas embarcaciones naufragaron ante de tocar tierra y el mar arrojó a la costa los cadáveres de varios de sus tripulantes.

En respuesta a una pregunta parlamentaria registrada por el senador popular Agustín Almodóbar, el Gobierno ha reconocido que el SIVE no detectó la llegada de ninguna de las siete pateras arribadas a la provincia entre el 1 de enero y el 10 de octubre de 2010.