«No queremos gentuza como tú aquí»

El Correo, BEATRIZ CORRAL, 19-03-2011

Lo que en un principio prometía ser una noche de sábado repleta de baile y diversión terminó con un esguince de muñeca, moratones y una denuncia ante la Ertzaintza. Pero sobre todo, con un sentimiento de impotencia y rabia. Es lo que vivieron hace una semana Olga y dos amigos senegaleses, cuando a las dos y media de la madrugada del pasado sábado y bajo la consigna de «No queremos gentuza como tú por aquí» fueron desalojados por la fuerza de un conocido pub de la Avenida de Gasteiz.

Pero el mal trago había empezado antes, en otro local del Casco Viejo donde Olga, acompañada por otra amiga, había quedado con los dos colegas negros. «Viven y trabajan fuera y algunos fines de semana vienen a Vitoria a reunirse con los amigos y quedamos todos juntos», explica. Una vez que las dos chicas entraron en el bar y viendo que pasaba el rato y no aparecían decidieron llamarles para saber el motivo de su retraso. «No entraron porque para pasar les exigían pagar 15 euros cada uno. Ni a nosotras, ni a otros chicos nos habían puesto ninguna pega ni pedido nada», justifica. Práctica que, aunque no comparte, asume con resignación. «No es la primera vez que, en algunos locales, a los extranjeros – sobre todo si acuden solos – les obligan a adquirir una entrada», desvela.

Pero lo peor estaba por llegar. Aunque no suelen frecuentarlo, optaron por acercarse hasta el pub de la Avenida «por deseo de mi amiga». Y mientras ésta entraba al establecimiento, Olga aguardaba a que sus compañeros aparcaran. Los tres juntos franquearon las puertas del local y en su camino a la barra – «porque para acceder a la sala de baile debes consumir» – fueron interceptados por un portero.

Discriminación nocturna

«Nos prohibieron el paso y nos dijeron que no podíamos entrar allí. Les dijimos que si era porque eran negros, que lo reconocieran y les llamé fascistas», reconoce Olga. Fue entonces cuando se desató un rifirrafe verbal con el dueño y dos porteros del disco – bar, que acabó con todos en la calle. «Me gritaron que ‘gentuza como tú no queremos por aquí’, y mi amigo terminó con un esguince en la muñeca, yo con un hematoma en el brazo y la cadena del bolso rota», añade con obvio malestar.

Inmediatamente avisaron a la Ertzaintza y tras explicar lo ocurrido a los agentes, cursaron la correspondiente denuncia por racismo, acompañada de un parte de lesiones. Olga y sus amigos han interpuesto también una reclamación en Consumo. «Si hay juicio, lo llevaremos hasta el final, porque nos han tratado como una mierda y en ese momento sentí en mi piel lo que es que te desprecien. Siento vergüenza de que esto pase en Vitoria», advierte esta mujer antes de admitir la discriminación que persiste en la marcha nocturna.

«Yo salgo bastante y, aunque no en todos los sitios son así, hay otros donde si entran chicas blancas con negros les dejan. Pero si ellos van solos, o les cobran sin motivo o les impiden el paso con la excusa de que el local está lleno, o de que van a entrar muchos y no van a consumir», resume. «Aunque no digo que siempre sea por racismo», matiza.

Precisamente a principios de mes, SOS Racismo demostró en una prueba de campo en Bilbao que numerosos locales de copas prohibían el paso a determinadas personas por el color de su piel.

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