Después del paro y la situación económica, la inmigración es el problema que más preocupa a los catalanes, según la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat realizada sobre este tema. Así, uno de cada cuatro catalanes expresa opiniones racistas o muy intolerantes respecto a la inmigración, aunque su rechazo a los inmigrantes no sería tanto por su condición de extranjeros, sino porque compiten por los recursos del Estado del bienestar, sobre todo en un contexto de crisis económica como la actual.

En concreto, según el estudio Percepción de los catalanes sobre la inmigración 2010, un porcentaje importante de los catalanes ve la inmigración como negativa (34%) y muy negativa (6,7%) y considera que los inmigrantes son el colectivo que más atención recibe por parte del Estado el 72,9% cree que reciben mucha o bastante, a mucha distancia de los parados, los pensionistas y los ancianos solos el 11,2% opina que obtienen bastante atención.

En este sentido, muchos de los encuestados serían partidarios de que los catalanes tuvieran preferencia la hora de acceder a la atención sanitaria (47,8%) y de escoger escuela (61,8%) y que se debe invertir más en zonas con mucha inmigración para que no empeore la sanidad (68,5%) ni la educación (72,6%).

La encuesta, realizada a 1.600 residente en Cataluña de nacionalidad española, detecta un descontento generalizado hacia las leyes que regulan la entrada y permanencia de extranjeros en España, ya que el cerca del 80% las consideran «bastante o demasiado tolerantes», en opinión del director del CEO, Jordi Argelaguet, que ayer presentó el informe.

Además, la población catalana sería partidaria de extremar las leyes y las prohibiciones cuando el colectivo inmigrante pasa a ser incívico. Es decir, buena parte de los encuestados aboga por expulsar a los inmigrantes en situación legal que delinquen (76,2%), además de solidarizarse con los vecinos que protestan contra la construcción de una mezquita en su barrio (57,4%), y rechazar el uso del burka (86,2%), aunque casi la mitad (49,7%) critica que se expulse a una alumna por llevar velo.