AÑO DE CAMBIOS EN EL MUNDO ÁRABE

La violencia interreligiosa enturbia el futuro de Egipto

Trece muertos en choques entre coptos y musulmanes

La Vanguardia, , 10-03-2011

La transición política en Egipto no será ningún camino de rosas. Casi un mes después de que las protestas populares derrocaran el régimen de 30 años de Hosni Mubarak, Egipto ve resurgir el fantasma de la violencia interreligiosa, ausente durante las protestas. Al menos 13 personas murieron y otras 140 fueron heridas la noche del martes en enfrentamientos entre cristianos coptos y musulmanes en un barrio pobre de El Cairo.

No fue el único episodio violento: en la plaza Tahrir, epicentro de la revolución, hubo varios heridos cuando hombres armados intentaron desalojar al reducto de manifestantes que sigue allí.

La violencia subraya la dificultad de las autoridades militares, que asumieron el poder tras la caída de Mubarak, para garantizar la seguridad. Tras celebrar su primera reunión, el nuevo gabinete de ministros, remodelado este fin de semana, anunció ayer que las fuerzas policiales se reincorporarán plenamente a sus puestos y pidió “colaboración” a la ciudadanía.

La policía – gran brazo represor del régimen y muy odiada-está en desbandada desde principios de la revolución. De hecho, muchos egipcios están convencidos que detrás de la violencia están miembros del antiguo régimen, que se resisten a perder su poder e intentan sembrar el caos y dividir el país.

La solidaridad entre musulmanes y coptos – entre el 6 y el 10%-fue uno de los lemas de la revolución y pareció que las tensiones interreligiosas de los últimos años habían quedado enterradas. La sangre ha roto el espejismo.

La violencia resurgió el pasado sábado, cuando una iglesia fue incendiada en el sur de El Cairo tras una disputa entre familias por un amorío interreligioso. Las autoridades militares intentaron aplacar la ira copta con la promesa de reconstruir la iglesia antes de Pascua. Fue en vano. Las protestas de coptos se extendieron por el país.

La noche del martes, cientos de cristianos cortaron una carretera en Moqattam – un barrio pobrísimo del este de El Cairo cuyos habitantes se dedican a la recolección de basura-,provocando la ira de musulmanes que trataban de circular por ella. Comenzó una batalla a pedradas y con cócteles molotov. El ejército intentó dispersarlos disparando al aire, pero no pudo evitar la muerte de 13 personas – al menos seis eran coptos y cinco musulmanes-,según el Ministerio de Sanidad. Varios testigos aseguraron que la mayoría de víctimas tenían heridas de bala, pero aún no está claro quién disparó.

Los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista y la fuerza de oposición más organizada, acusaron a los simpatizantes de Mubarak de estar detrás de la violencia y llamaron a los egipcios a “unir fuerzas para apoyar al ejército y al gobierno para que puedan cumplir las exigencias de la revolución”.

También la junta militar, tras reunirse con el consejo de ministros, llamó a los ciudadanos a unirse contra el caos “que amenaza la seguridad nacional” y mencionó la presencia de “fuerzas extranjeras que conspiran contra la estabilidad y seguridad del país”.

En la plaza Tahrir también se vivieron escenas violentas. Cientos de hombres armados con cuchillos y bastones irrumpieron en la plaza y trataron de desalojar a los manifestantes que permanecen acampados, que exigen el desmantelamiento de la policía del régimen. Los manifestantes identificaron a sus atacantes como “matones pro Mubarak”. El ejército ahuyentó a los asaltantes pero al caer la tarde desmanteló por la fuerza las tiendas de los manifestantes.

La violencia ensombrece el futuro de la transición política. El nuevo Gobierno prometió que “resistirá firmemente a todo intento de contrarrevolución”.

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