El Gobierno francés renunció hoy a la enmienda de la ley de inmigración que preveía desposeer de la nacionalidad a los inmigrantes que atenten contra la vida de policías ante la división que provocaba entre los diputados del partido conservador gubernamental UMP.

Esa parte estaba considerada una de las medidas más importantes de la ley y contaba con el apoyo expreso del presidente, Nicolas Sarkozy, que lo anunció en persona en un mediático discurso pronunciado el pasado 30 de junio en Grenoble.

El jefe del Estado había mostrado su “voluntad inflexible” de retirar la nacionalidad “bajo ciertas condiciones” a nacionalizados hace menos de diez años que atenten contra una autoridad pública.

Sin embargo, la medida despertó una gran polémica y creó división en el seno de la UMP, lo que ha conducido a su retirada.

La enmienda será retirada en la comisión de leyes antes de que comience el debate, en segunda lectura, sobre la ley de inmigración en el pleno de la Asamblea Nacional.

El Senado ya había rechazado la medida y unos 70 diputados de la UMP también se habían pronunciado en contra.

El Partido Socialista, que también se oponía a esa medida, destacó que su retirada se debe esencialmente a una división en el seno de la mayoría.