Año de cambios en el mundo árabe Las víctimas

La ONU calcula en un millón los damnificados por el conflicto

La crisis humanitaria se desplaza de las fronteras al interior de Libia

La Vanguardia, FÉLIX FLORES, 08-03-2011

Muamar el Gadafi podría permitir la entrada de ayuda humanitaria en Libia. Por lo menos, aceptará la visita de un equipo de evaluación de las Naciones Unidas, según anunciaba ayer el Tripoli Post.El secretario general de la ONU, Ban Ki Mun, ha encargado al ex ministro de Exteriores jordano Abdelilah al Jatib que, al frente de este equipo, haga consultas con las autoridades de Trípoli sobre “la situación humanitaria inmediata”.

Ban pidió en un comunicado que se detenga “el uso desproporcionado de la fuerza y los ataques indiscriminados contra civiles”. En conversación telefónica con el ministro libio de Exteriores, Musa Kusa, Ban le pidió “acceso sin trabas de las organizaciones humanitarias a las poblaciones necesitadas”. Falta saber cuán deprisa puede ponerse todo en marcha, incluida la misión del diplomático jordano, que es tenido por un buen negociador. Al Jatib, según France Presse, debe viajar antes a Nueva York, esta semana.

La ONU calcula que los damnificados por el conflicto libio son un millón. Cerca de 200.000 mil son refugiados extranjeros que han abandonado el país y los libios que podrían hacerlo serían otros tantos. El resto, 600.000, serían los afectados de un modo u otro que precisan ayuda. Sobre esta base, la ONU y las oenegés piden a la comunidad internacional 114 millones de euros para los próximos tres meses, es decir, para atender necesidades presentes y futuras.

La crisis se centra ahora en el interior de Libia. La frontera tunecina ha recuperado cierta normalidad y los más de 15.000 refugiados del campo de Echoucha – a 6 km de la frontera de Ras Jdir-cada día reciben mejor atención, incluida comida caliente. La evacuación, en barcos y aviones, sigue siendo no obstante complicada y el aeropuerto de Yerba lleva unos días saturado. El personal de Tunisair llegó a hacer huelga el sábado, durante unas horas, en protesta por el desorden. La mayoría de los internados en Echoucha son bengalíes, que siguen esperando salir en vuelos de la Organización Mundial de las Migraciones, al parecer falta de medios, al igual que su Gobierno. Otro tanto les ocurre a los vietnamitas, y unos y otros han puesto sus banderas nacionales en lo alto de las tiendas.

Representantes de la ONU en la zona liberada de Bengasi ya advirtieron el pasado viernes que Misratah, Al Jums o Gharyan, las ciudades sitiadas del oeste de Libia, no pueden recibir los suministros del exterior que sí en cambio están llegando a la Cirenaica a través de Egipto. Desde hace días, además, internet permanece caído o cortado totalmente. Ayer se confirmaron las bajas del domingo en Ez Zauiyah: 18 muertos y unos 200 heridos. Un médico de esta ciudad que está sufriendo duros ataques ha hecho llamamientos desesperados a través de los medios árabes por satélite.

Los problemas se multiplican en los hospitales. Por un lado, la falta de suministros y de material, así como de preparación para tratar heridas de guerra, y por el otro, se están agotando las reservas de medicinas y otros recursos para atender a los pacientes corrientes y, en particular, a los enfermos crónicos. Es una situación similar a la de Gaza bajo el bloqueo israelí. Se trata de ciudades por debajo del millón de habitantes. Misratah, la tercera urbe libia, tiene 300.000; Ez Zauiyah, cerca de 200.000. Valerie Amos, secretaria general adjunta para asuntos humanitarios de la ONU, afirmó tras visitar la frontera libio-tunecina y Echoucha el domingo que la prioridad es Misratah porque “hay gente herida y muriendo”. Y añadió: “Las organizaciones humanitarias precisan acceso urgentemente”.

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