Dadas las características del cadáver encontrado en Etxauri, todo apunta a que tal y como sospechaba su familia desde el primer momento, el joven Darwin Fernando Piedra, vecino de Iruñea y natural de Ecuador, falleció ahogado en el río Arga. Había sido visto por última vez cerca de sus aguas el pasado día de Navidad. El cadáver apareció anteayer a la altura del señorío de Otazu, a unos quince kilómetros de la capital navarra.

Se da la circunstancia de que la Policía no buscó al joven en las aguas del Arga hasta casi un mes después de desaparecer, y que tomó esta decisión, según denunció ayer su padre en una entrevista a ``Diario de Noticias’’ después de que él mismo amenazara con arrojarse al río para buscarlo. En sucesivas ocasiones había acusado a las autoridades de pasividad.

A las puertas del Hospital, donde se está realizando la autopsia, un portavoz de la familia incidió en que deben revisarse los protocolos actuales, que establecen que en casos de desaparición como éste la búsqueda no se inicia inmediatamente, sino que se espera unos días. «Estamos hablando de seres humanos, y hay que buscarlos desde el primer momento», afirmó.

Al parecer, la Policía priorizó la hipótesis de que el joven había desaparecido por voluntad propia y que quizás había vuelto a Ecuador. De hecho, su padre afirmó ayer en la misma entrevista que los investigadores le habían asegurado que detectaron llamadas hechas desde su teléfono móvil unos pocos días después, lo que ahora se demuestra imposible.

De hecho, el pasado 22 de febrero el padre del malogrado joven, Darwin Humberto Piedra, ofreció una rueda de prensa para exigir a la Policía española, encargada del caso, «un poco más». «No se puede vivir con esta angustia, estamos desesperado». Censuró que se esperara un mes para rastrear el río y que aún no hubiera tomado declaración a compañeros de su hijo, «salvo a dos alumnos ecuatorianos», lo que, en su opinión, demuestra una cierta «discriminación» porque su hijo también tenía amigos navarros.

Piedra desapareció en la madrugada del 26 de diciembre, cuando salió a cenar con sus amigos. Le perdieron de vista a las 4:30 horas en Donibane. En todo momento la familia ha sostenido que el joven no había desaparecido por su propia voluntad, ya que «no tenía ningún problema». Estudiaba Automoción en el IES Virgen del Camino.

Como dato de la actitud policial, el padre denuncia que le referían llamadas del móvil del desaparecido a su hermano, cuando se trataba de los avisos periódicos de que el aparato no estaba disponible.