Huida de casi 200 mil personas provoca crisis en fronteras libias

El Universo, 06-03-2011

La violencia y el caos en Libia han desatado un éxodo que hasta ayer sumaba más de 191.000 personas que salieron hacia Túnez y Egipto, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mientras organizaciones de ayuda advirtieron que la situación en la frontera tunecina alcanza un punto de crisis.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban ki – Moon, señaló que decenas de miles de vidas están amenazadas debido a que intentan escapar del país, pero no tienen a dónde ir y llamó al mundo a entregar recursos para darles alimentos, agua y refugio de manera urgente.

La situación se agrava porque trabajadores de ayuda humanitaria son impedidos de llegar a la zona occidental de Libia, dominada por el líder libio Muamar Gadafi, donde hay reportes de pacientes ejecutados en hospitales o baleados por pistoleros que se transportan ocultos en ambulancia.

En la frontera entre Libia y Túnez hasta 75.000 personas se han concentrado provocando una crisis, dijo la portavoz de la agencia de la ONU para refugiados, Melissa Fleming.

La organización señaló que unas 2.000 personas cruzan cada hora, pero que una vez que arriban a Túnez no tienen a dónde ir.

La mayor parte de los que huyen son de los países vecinos de Libia, pero también hay ciudadanos de China y Bangladesh que trabajaban en el país norafricano, así como vietnamitas y bengalíes, nepaleses, ganianos y nigerianos, todos durmiendo a la intemperie en la frontera.

Las autoridades egipcias dijeron que otras 69.000 personas habían escapado a Egipto desde Libia en los últimos diez días, la mayoría egipcios que ya se trasladaron a otras ciudades.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Antonio Guterres, indicó que la situación empeora hora tras hora y que rápidamente se está convirtiendo en un desastre humanitario, por lo que pidió a las naciones donantes aviones para llevar a los que huyen a sus naciones de origen.

La ONU considera que por el momento es imposible pensar en un corredor humanitario en Libia debido a que los organismos de ayuda solo tienen acceso esporádico al país, según una portavoz de la Oficina de Ayuda Humanitaria de esa organización, Elizabeth Byrs.

A la Acnur también le preocupa el destino de miles de refugiados de Irak, Somalia y Sudán que viven en Libia. Muchos de ellos han dicho que se sienten atrapados, amenazados y cazados.

Un refugiado africano negro dijo que huyó de la ciudad oriental de Bengasi, controlada por los rebeldes, porque creían que era un mercenario contratado por las fuerzas fieles a Gadafi. “No quieren negros en Bengasi”, añadió.

Guterres manifestó que el uso por Gadafi de mercenarios africanos había generado una sospecha popular hacia cualquier persona proveniente del África subsahariana.

Las Naciones Unidas señala que más de 1.000 africanos ya habían cruzado a Níger la semana pasada, a través del puesto fronterizo de Dirkou y se cree que el próximo mes el total de evacuados sería de hasta 100.000 personas.

Funcionarios de la ONU indicaron que esto pondría una presión enorme sobre la economía de la nación, una ex colonia francesa, productora de algodón y uno de los países más pobres del mundo.

Pero son los refugiados de Bangladesh los que más problemas tienen al cruzar la frontera, pues al no tener este país una embajada en Túnez, los refugiados, unos 20 mil según la ONU, no saben a quién dirigirse para que acelere los procesos de su repatriación.

La Acnur teme que las fuerzas leales a Gadafi estén impidiendo a los civiles huir de Libia hacia Túnez, lo que explicaría que el flujo de personas que cruzan la frontera haya caído de entre 10.000 y 15.000 por día hasta menos de 2.000, ayer.

Pese a la buena predisposición de las autoridades tunecinas, comienzan a notarse en el campamento fronterizo de Ras el Jedir los efectos que deja el gigantesco éxodo humano: maletas abandonadas, restos de comida, petates destruidos y gente dispersa por todas partes.

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