El viaje de ida y vuelta de Kokou

Diario Sur, AMANDA SALAZAR, 06-03-2011

Kokou Yolouma vive desde hace ocho años en Málaga. Aquí tiene su presente, su futuro… y su amor. Casado con una española sabe que su vida está ahora lejos de Togo. Pero no olvida a los suyos ni su tierra natal. Por eso, hace dos años creó con otros compatriotas una asociación de ayuda a su país. Su objetivo es ofrecer a los jóvenes de Togo lo que él no tuvo: formación y esperanzas para no tener que emigrar a Europa donde, aunque ha sido bien acogido, todavía se siente como un extranjero.

La asociación IYATAN, que significa ‘Acabemos con la Pobreza’ ha estado esta Navidad en Goubi, un pequeño pueblo en el corazón de Togo en el África Subsahariana para llevar un cargamento de juguetes a los niños de las zonas rurales. Además de ejercer de Reyes Magos, también han aprovechado para realizar un taller para jóvenes agricultores.

Juegos contra la pobreza

Kokou, que preside la asociación malagueña no puede evitar una sonrisa cuando recuerda el reparto de juguetes en su pueblo. «Para muchos niños era la primera vez que tenían un balón o una muñeca en las manos y estaban sorprendidos al principio y muy agradecidos después», explica. En total, el contenedor que salió de Málaga llevaba 1.700 kilos de juguetes donados por la Fundación Crecer Jugando, de los que se han beneficiado más de 6.000 niños de Goubi y alrededores, además de crear una ludoteca en el centro del municipio para que puedan disfrutar de ella todos los niños mientras que sus padres acuden al trabajo.

«La mayoría de estos menores tienen que empezar a trabajar con diez años en el campo para ayudar a la economía familiar, así que apenas pueden disfrutar de su infancia», explica Ismael Tchagara, miembro de IYATAN, que recuerda que la esperanza de vida en este país africano es de 57 años.

Aunque no lo tuvieron fácil. Las autoridades de Togo dejaron retenido el contenedor durante semanas y debieron pagar a los responsables para que lo sacaran del puerto. «Es un ejemplo de lo que pasa allí; ni siquiera el hecho de ser material humanitario te garantiza poder llegar con el cargamento porque está todo descoordinado», indican.

La visita también sirvió para poner en marcha el taller de formación para jóvenes agricultores, financiado por el Ayuntamiento de Málaga a través del Área de Participación Ciudadana y Cooperación para el Desarrollo. El objetivo era mejorar la producción y la seguridad alimentaria. «El problema allí es que no hay una alimentación variada», asegura Kokou, que insiste en el papel de la educación de los niños para poder ofrecerles un futuro mejor. «Mientras podamos, seguiremos ayudando para crear escuelas y riqueza para ayudar a nuestra familia y amigos», asegura. Una labor a caballo entre ambos continentes.

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