Sobresaliente en integración

El Correo, ITXASO ELORDUY, 04-03-2011

El antaño Instituto Femenino de Bilbao ha reunido esta semana bajo su techo multiétnico a profesores, alumnos y familiares en torno a la mesa. Los aspirantes a reyes y reinas por un día, llevaban meses ensayando las canciones de sus ídolos. Tocaron temas en euskera de Benito Lertxundi, pero también de la Quinta Estación. Y hasta versionaron una canción de amor que Enrique VIII dedicó a su segunda esposa, Ana Bolena. La guinda del pastel políglota la puso Ruany, una adolescente brasileira de portentosa voz, que interpretó con maestría el tema ‘Hurt’, de Cristina Aguilera. Su fan incondicional y maestra, la madre de la artista, observaba embelesada a su hija mayor mientras mecía en sus brazos a la hermana pequeña.

El variopinto grupo Educados actuó en último lugar, con un amplio repertorio propio y versiones de ‘Another brick in the wall’, cuya letra refleja las atemporales inquietudes juveniles. Sentencias como «Los alumnos preparados advierten, la sabiduría me persigue, pero yo soy más rápido», o «Prohibido prohibir», lema de Mayo de 68, presentes en el vídeo promocional del grupo, reflejan la búsqueda cultural del conjunto juvenil. Cuya rebeldía en el escenario, contrastaba con la formalidad del auditorio que coreaba al unísono las canciones de sus compañeros.

Rock, rap, temas melódicos, antiguos o modernos. Los jóvenes tocaron todos los palos. «Pero no sólo preparan canciones, sino que también aprenden a convivir y a compartir experiencias», explicaba Rosa Azcorra, profesora de inglés. «Descubren cómo se trabaja en equipo. Una vía de integrar a chavales que llegan a un país extraño en inferioridad de condiciones».

«Con más de un 65% de alumnado inmigrante y, al contrario de lo que pueda parecer, la fusión de razas, no genera conflictos. Tenemos estudiantes de todos los continentes, excepto de Oceanía. Y estos alumnos, se entienden a las mil maravillas con los de Bilbao centro, ya que este instituto ha sido un clásico de la Villa. Apellidos como Olaizola, se entremezclan con otros como Piovani, de Italia, u Otniel, de Senegal. Los pequeños, llegan asilvestrados y van creciendo, hasta que les convertimos en hombres y mujeres preparados para comenzar la Universidad», señala la directora del centro, Iciar Alegría.

Sin barreras

«El Instituto realiza una labor que va más allá de la estrictamente pedagógica. Es un hogar para estos chicos que pasan muchas horas fuera del núcleo familiar, debido a las largas jornadas laborales de sus padres», explica Azcorra.

Marruecos, Colombia, Argelia, Brasil, Ecuador, Perú, Ucrania, Angola, República Dominicana, China, Georgia, Bulgaria, Bielorrusia… así hasta veintiséis nacionalidades diferentes, conforman una Torre de Babel. Una aldea global que comparte actividades lúdicas y gratuitas extraescolares, como el ajedrez o el teatro. Ana de Diego, responsable del programa PROA de innovación educativa, resalta que este cambio de filosofía es posible gracias a un programa con cargo a fondos europeos. ¿El objetivo? Mejorar la competencia lectora, desarrollar la expresión oral o analizar con criterio el universo de valores. En definitiva, «potenciar la lectura como base de enriquecimiento cultural», señala Ana Zugaza, secretaria técnica.

El crisol de culturas no provoca tensiones, las barreras han desaparecido. La valla que separaba los sexos de ambos institutos, cayó con el franquismo. En opinión de Amaia Atxutegi, profesora de música y coordinadora del espectáculo, «fiestas plurales como ésta o la de Graduación sirven para que los chicos dejen a un lado colores y divergencias idiomáticas o culturales».

«Una fiesta humilde, sin pretensiones y cuya inquietud es reunir a las familias de los emigrantes que habitan dentro de la cultura vasca, sin que renieguen de la suya. Que estén orgullosos de mostrarla y compartirla con los demás», resalta Azcorra.

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