Una banda colombiana, tras el asalto a la base militar de Badajoz

La información para cometer el robo pudo salir de antiguo personal del cuartel

ABC, P. CERVILLA/ C. MORCILLO/P. MUÑOZ, 03-03-2011

Las investigaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre el asalto a Brigada de Infantería Mecanizada «Extremadura XI», con sede en Bótoa (Badajoz), en el que los delincuentes se apoderaron de treinta armas —diez pistolas y veinte subfusiles—, han llevado hasta Portugal, en concreto la zona de El Algarve, donde tiene el botín obtenido más fácil salida. En concreto, se investiga a una banda colombiana que podría ser la que está detrás de un robo que ha puesto en evidencia las medidas de seguridad de instalaciones tan sensibles como la citada.

Los investigadores saben que los autores del asalto disponían de una información privilegiada del acuartelamiento, a la que solo tienen acceso personal de la propia base, bien en activo o que hayan prestado sus servicios en ella con anterioridad. De hecho, una de las líneas de trabajo es analizar a todos aquellos que han estado destinados allí los últimos años.

Tras 48 horas de trabajo sobre el terreno, los expertos en Criminalística ya se encuentran en Madrid después de haber recogido todo tipo de vestigios en el lugar de los hechos. Particularmente interesantes pueden resultar restos biológicos encontrados en el vehículo militar utilizado por los ladrones para cargar las pistolas Llama M82 y los fusiles de asalto HK G36, y una huella nítida detectada en el armero. Además, se analizarán los candados forzados.

Una de las principales preocupaciones tras el asalto es la evidencia de que la base tenía un sistema de seguridad vulnerable. En este sentido, el último dato que ha conocido ABC es que dicho sistena tiene once años de antigüedad y aunque «funciona bien», está un tanto anticuado y podía tener algún fallo puntual que impidiera grabar en determinado momento algunas imágenes.

Paralela a la investigación judicial, que lleva el Juzgado Togado Militar 12 de Madrid, el Ejército de Tierra sigue buscando una explicación a los hechos y está «removiendo hasta los cimientos del cuartel» para encontrarla. La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha puesto al frente de estos trabajos al jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Fulgencio Coll. El JEME viajó el martes a Badajoz para conocer «in situ» los hechos, después de mantener una reunión con la ministra. Tras regresar ayer, volvió a mantener un despacho con Chacón.

Por lo pronto, Coll ha apartado de sus funciones al jefe militar encargado de los temas de seguridad en la base extremeña. Ahora, la responsabilidad en esta materia recaerá en el teniente coronel que actuaba como segundo jefe de seguridad. Asimismo, los miembros que hacían guardia la noche del robo dejarán de prestar servicio de seguridad hasta la conclusión de la investigación.

La ministra sigue manteniendo silencio sobre los hechos, aunque fuentes de Defensa aseguran que «depurará todas las responsabilidades».
De general de la base a asesor
Al máximo responsable de la base extremeña en la que se ha producido el robo, el general de división Casimiro José Sanjuán, este grave incidente le ha sorprendido recién ascendido. Hasta el pasado viernes, cuando el Consejo de Ministros aprobó su ascenso, era general de brigada, pero su nombramiento como general de división no se ha hecho efectivo hasta el día de ayer, cuando salió publicado en el Boletín Oficial de la Defensa (BOD).
Este ascenso implica su traslado de unidad y un nuevo destino, que también fue aprobado por el mismo Consejo de Ministros que lo ascendió. Su nueva ocupación será la de asesor del subsecretario del Ministerio de Defensa.
El subsecretario de Defensa, Vicente Salvador, tomo posesión de su cargo el 11 de noviembre de 2010 y su principal objetivo es la aprobación de la Ley de Derechos y Deberes.

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