John Galliano irá a juicio por sus proclamas racistas

El diseñador pide perdón tras despedirle Dior y anuncia que se desintoxicará

El Mundo, JUAN MANUEL BELLVER, 03-03-2011

Seis meses de prisión y 22.500 euros de multa. Ésas son las sanciones que la legislación francesa prevé para castigar el delito de injurias racistas. O sea, lo que podría caerle a John Galliano, el modisto gibraltareño expulsado el martes de la casa Dior por sus declaraciones antisemitas. A las 18.30 horas de ayer, el Tribunal Correccional de París anunció que actuará de oficio en este caso y que el diseñador de 50 años tendrá que comparecer ante el juez durante el segundo trimestre de 2011.

Una vez concluida la investigación policial preliminar, la fiscalía le acusa de «injurias públicas a particulares con motivo de su origen y de su pertenencia a una religión».

De poco ha servido que el ya ex director creativo de Christian Dior Couture se disculpara públicamente sólo unas horas antes, a través de un comunicado difundido en Londres por sus abogados, Harbottle & Lewis. «Presento mis excusas sin reserva, si es que mi conducta ha ofendido a alguien», reza la nota. «Debo asumir la responsabilidad de las circunstancias en las que me encontraba. Lamento haberme dejado ver en mi peor día. Soy el único responsable… Sé que debo hacer frente a mis propios fracasos y que tengo que trabajar duro para merecer la comprensión y la compasión de la gente».

El extravagante creador, quien también precisó «haber pedido ayuda», afirma igualmente haber «luchado toda la vida contra los prejuicios, la intolerancia y la discriminación». «En nuestra sociedad», prosigue el texto, «el antisemitismo y el racismo no tienen sitio… En mi trabajo, mi inspiración ha sido siempre unir a gente de todas las razas, creencias, religiones y tendencias sexuales para celebrar la diversidad étnica y cultural a través de la moda».

Demasiado tarde llegan estas declaraciones, tras un culebrón de denuncias y desmentidos que se inició el pasado jueves a las 21.00 horas, cuando los gendarmes parisinos se vieron obligados a intervenir en una trifulca en el café La Perle del barrio de Le Marais, iniciada al parecer por un clochard bebido que estaba molestando a una pareja en la terraza con insultos racistas. Denunciado por los dos clientes, el causante del tumulto fue llevado a comisaría, donde dio una tasa de alcoholemia de 1,1.

Pero no se trataba de uno de tantos vagabundos que pululan por el centro de la Ciudad de la Luz, sino del mismísimo John Galliano, atrabiliario diseñador textil que reside a dos pasos del citado café. Rebajado inmediatamente de empleo y sueldo por Dior, el modisto negó los cargos cuando fue puesto en libertad, tras pasar la noche en el cuartelillo. Y lo volvió a hacer el lunes durante el careo con los demandantes.

Pero la aparición de una tercera persona insultada en los mismos términos unos meses antes, así como la publicación en la web del diario sensacionalista británico The Sun de un vídeo doméstico en el cual nuestro hombre proclamaba «¡Amo a Hitler!» y otras lindezas similares, terminó con el debate. El martes pasado, Dior decidió su despido disciplinario tras 16 años de fructífera colaboración. Mañana es el desfile en París de la maison.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)