¿Qué no será capaz de hacer Muamar Gadafi para seguir disfrutando del poder que ejerce desde hace 41 años? Si a nivel interno está masacrando y bombardeando a los manifestantes que se atreven a protestar contra su régimen, en el plano de las relaciones exteriores está jugando otra baza: la de la inmigración.

El coronel amenaza a la Unión Europea con dejar de vigilar la salida de cayucos desde sus costas y provocar la llegada masiva de decenas de miles de sin papeles al Viejo Continente, concretamente a Italia. Se calcula que en Libia hay en estos momentos más un millón de personas llegadas de países de la zona con la esperanza de subirse en una patera y alcanzar el sueño europeo.

Hace ya unos días, Trípoli envió un mensaje muy claro en ese sentido a la embajada de Hungría, el país que actualmente detenta la Presidencia de turno europea. «Se nos ha hecho saber que si la UE no deja de apoyar a los manifestantes, Libia interrumpirá los acuerdos de cooperación sobre inmigración», señaló un portavoz de la Presidencia europea.

Libia firmó en agosto de 2008 un acuerdo bilateral con Italia por el cual se comprometía a evitar la salida de inmigrantes desde sus costas a cambio de recibir ayudas por valor de 5.000 millones de dólares (3.670 millones de euros). Un acuerdo que hasta ahora Gadafi ha respetado: si en 2008 llegaron a Sicilia (la zona de Europa más próxima a Libia) un total de 36.000 inmigrantes procedentes de ese país, el año pasado la cifra había bajado a 3.000.

Las autoridades italianas se están tomando muy en serio la amenaza de Gadafi de invadir Europa de inmigrantes sin papeles. Hasta tal punto que el Ministerio de Defensa ha aumentado el nivel de alerta en sus bases aéreas y el del Interior italiano está ultimando un plan de emergencia con el que hacer frente al posible éxodo de inmigrantes que se desencadenaría en caso de que el coronel cumpliera su bravata o cayera su régimen.

De hecho, la situación que se registra en el país magrebí en estos momentos es tan caótica que el sistema de monitorización de las costas que agentes de las fuerzas de seguridad italianas realizaban en cooperación con colegas libios ha dejado de funcionar. Lo que significa que en estos momentos no hay ningún tipo de vigilancia. Y según informaba ayer Corriere Della Sera, ya hay decenas de cayucos listos para zarpar en cuanto las condiciones meteorológicas lo permitan.

Italia, que hace una semana ya experimentó una emergencia de inmigrantes al llegar a Sicilia 5.000 tunecinos en apenas cuatro días, teme ahora una avalancha muchísimo mayor. «Nos arriesgamos a acabar como Costantinópolis», cuentan que el ministro del Interior, Roberto Maroni, ha advertido a Silvio Berlusconi. De hecho, la posible llegada en masa a Europa de inmigrantes magrebíes será el asunto principal de la reunión que hoy mantendrán en Roma los ministros del Interior de la Europa mediterránea: Italia, Francia, Grecia, España, Chipre y Malta, y a la que asistirá Pérez Rubalcaba.

Mientras tanto, y a la espera de lo que se decida en esta reunión, el líder de la Liga Norte y socio de Gobierno de Berlusconi, Umberto Bossi, amenazó ayer con enviar a los inmigrantes libios que lleguen a Italia a «Alemania o Francia», según informa Efe.