El estudio concluye que no hay bandas organizadas ni entre los jóvenes inmigrantes ni entre los navarros

entre la juventud navarra, sin embargo, existe cierto miedo a que los extranjeros sean "un foco de violencia"

Diario de Noticias, m. olazarán, 22-02-2011

pamplona. “Entre los jóvenes navarros existe cierto miedo a que los inmigrantes sean un foco de violencia, más en concreto, se muestran preocupación porque puedan crearse bandas al estilo de otros países”. Esta es una de las conclusiones que se desprende del estudio elaborado por la Universidad Pública de Navarra. Sin embargo, según asegura este mismo informe, en la Comunidad Foral no existen bandas organizadas y estructuradas, ni entre los jóvenes inmigrantes ni entre los navarros, cuyo objetivo sea enfrentarse con otros grupos. “Lo que sí se percibe es la posibilidad de que puedan surgir ciertos grupos como elementos antisociales, ya que existe un clima favorable para ello”, destaca el texto para añadir que “hay pandillas que marcan diferencias con otros grupos aunque no tengan un formato violento ni a quien enfrentarse. Algunas intervienen en peleas”.

Otro hecho que reafirma la ausencia de bandas juveniles violentas en Navarra, que sí existen en otras comunidades, son los testimonios de los ayuntamientos encuestados. “No existen pandillas que puedan considerarse peligrosas”, aseguran estos consistorios, que tampoco constatan que se produzcan peleas que alteren la convivencia. La vida en estas ciudades, aseguran, “es pacífica”.

Ahora bien, pese a que la situación está controlada, el Defensor del Pueblo sugiere a la Administración de la Comunidad Foral que “establezca medidas para la prevención de bandas juveniles vinculadas con la violencia” y si se detectara la organización o presencia de estas “haga un seguimiento e intervenga para evitar su actuación”.

sigue habiendo prejuicios Tanto los jóvenes nativos como los inmigrantes reconocen la existencia de xenofobia en la sociedad y de desconfianza hacia las personas extranjeras. En este sentido, el estudio señala que se mantienen prejuicios de unos hacia otros, por ejemplo: “los nativos son los primeros en encontrar trabajo”, “los extranjeros son poco fiables y se aprovechan de las ventajas y servicios que no se dan a la población autóctona” etc.

Los alumnos navarros perciben el racismo como “una lacra social que tiende a desaparecer, pero que todavía está vivo en muchas personas”. Por su parte, los estudiantes extranjeros tienen una percepción diferente: ven el racismo como una agresión global a los extranjeros y se sienten vistos como inferiores. De hecho, el inmigrante adolescente percibe con mayor intensidad un rechazo de la sociedad que le acoge (más los chicos que las chicas).

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