Medio millar de familias reciben cada mes una cesta de Cáritas para vivir

La Verdad, P. W. R., 22-02-2011

El presidente de Caja Mediterráneo, Ángel Martínez, ayer mañana supervisando los trabajos de descarga de los alimentos. :: PACO ALONSO / AGM

En medio millar de hogares lorquinos entra cada mes una única cesta de la compra. La componen productos básicos, leche, legumbres (judías, lentejas, garbanzos y arroz), galletas, azúcar y aceite. En excepcionales ocasiones, hay carne o pescado y algunas piezas de fruta, como naranjas. El pan, si lo hay, es congelado.

Es la cesta que cada mes Cáritas Interparroquial hace llegar a las familias sin recursos. Muchas, cada vez más, son lorquinas, familias que tienen a todos sus miembros en paro y que gracias a ésta ONG tienen algo que llevarse a la boca cada día. «Antes la mayoría de las familias que acudían eran extranjeras, pero ahora, las españolas las han duplicado», afirmó ayer el presidente de Cáritas, Lázaro Caballero.

De las 3.500 ayudas que la organización repartió durante 2010, unas 1.700 fueron a familias lorquinas. «Duplican al resto de colectivos, que están encabezados por los inmigrantes de origen ecuatoriano», agregó Caballero. Las ayudas se reparten en función del número de miembros de cada familia.

También las edades de los integrantes cuentan, ya que los bebés y niños reciben una alimentación especial. La pasada navidad Cáritas hizo mucho énfasis en que se incluyesen entre las donaciones productos infantiles. La masiva llegada de productos de alimentación infantiles como potitos y papillas ha permitido a Cáritas «garantizar el reparto hasta casi el verano. «Nos quedan potitos y papillas para niños de menos de año y medio hasta el mes de mayo».

A estos menesteres, según Lázaro Caballero, también se destina la mayor parte de los donativos económicos que recibe la ONG. «A un bebé no se le puede dar leche normal, tiene que ser de continuación. Cuando no tenemos en el banco de alimentos hay que comprarla, por ello, los donativos siempre se suelen utilizar para comprar los alimentos que sean precisos para los niños».

El dinero se ha convertido, explica en un «comodín perfecto», ya que en ocasiones el banco de alimentos cuenta con mucha cantidad de un único producto y, sin embargo, de otros, más precisos, carecen. «Se han hecho campañas muy concretar única y exclusivas casi para recoger comida de bebés. Precisan de leche, papillas, potitos, pañales… Cuando nos falta algo, si tenemos dinero, podemos comprarlo rápidamente».

Pero al banco de alimentos no sólo llegan alimentos no perecederos. También hay empresas que en las últimas semanas están donando comida en fresco. «Estos días nos han enviado un camión de carne de pollo. Este tipo de ayudas nos permiten poder hacer llegar a las familias carne», relató Lázaro Caballero.

Y algunos agricultores ceden la fruta de sus árboles. El pasado miércoles un grupo de voluntarios de Cáritas se desplazaron hasta un huerto de Totana para recoger naranjas. «Gracias a esa donación, podremos incluir en la cesta de esta semana naranjas recién cogidas», explicó.

Caballero, también quiso agradecer la labor que realizan los voluntarios. «Son magníficos. Si hay que coger naranjas, lo hacen, o si hay que descargar, envasar… Su labor es increíble». También una panadería ha cedido importantes cantidades de pan que está siendo congelado para poder espaciar su entrega en el tiempo. En el banco de alimentos hay en estos momentos unas 28 toneladas de comida.

El jueves pasado llegaron doce toneladas que envió el Ministerio de Agricultura. Estas se suman a las doce que ayer entregó Caja Mediterráneo y a las que los lorquinos han hecho llegar en las últimas semanas. Con esta cantidad está garantizado el suministro hasta mayo, según Lázaro Caballero, quien apuntó que los meses más complicados serán junio y julio, «ya que es cuando el trabajo en el campo vuelve a bajar. En abril y mayo hay menos peticiones de alimentos, porque hay labor en las explotaciones y menos neesidad».

Cáritas sigue recogiendo alimentos, por lo que las recepciones en colegios, iglesias y locales sociales siguen abiertas. «El que quiera llevarnos comida puede hacerlo. Precisamos de todo, leche, galletas, legumbres, aceite, azúcar… y comida para niños. Las personas que prefieran no cargar con bolsas, también pueden ayudarnos en efectivo con cantidades que invertiremos en alimentos», concluyó.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)