El mercado de trabajo en la Región pinta muy negro y algunos expertos temen que no pueda recuperar su brío antes de cinco años. A la hora de buscar las razones de la escalada del desempleo existe una general coincidencia en el hundimiento del sector de la construcción y el efecto dominó sobre otras actitivades, aunque al mismo tiempo se detecta un factor autóctono ligado al crecimiento de la población activa. Pese a ser la tercera comunidad con más desempleo (un 24,98% según la encuesta de la EPA), tiene como contrapunto el aumento de la población activa. Asimismo, es la única comunidad en la que se ha incrementado el número de ocupados junto con el País Vasco.

Mucha movilidad

En un año han sido 132.300 las personas que se han incorporado al mercado de trabajo en España. De ese volumen, 28.500 lo han hecho en la Región de Murcia, que ha multiplicado por siete la media nacional. Este incremento no se explica sólo por el acceso al trabajo de jóvenes mayores de 16 años, sino por la llegada de inmigrantes con mucha movilidad, según Joaquín Aranda, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia. «Estamos teniendo un fenómeno poco explicable. Está viniendo gente. Crecemos en población activa y en ocupados, cosa que es absolutamente contradictorio con la situación general. Lo que sigue existiendo en Murcia son oportunidades de trabajo puntuales. Lo que más se contrata son a peones y jornaleros. Ese trabajo de una semana al mes se produce aquí, en Almería y Alicante, con mayor profusión que en otras zonas. Eso hace que venga gente con cierto nivel de movilidad que luego aparecen en las cifras del paro. Ahí tenemos un aumento de la población activa que nos castiga».

Efecto expulsión

Aranda añade que esto no resta la máxima preocupación a un grave problema que tardará varios años en resolverse. «Para volver a cifras de empleo anteriores tendrán que pasar más de cinco años», pronostica. También prevé un ‘efecto expulsión’ de inmigrantes y foráneos que regresarán a sus lugares de origen conforme se vayan terminado las ayudas por desempleo. Quienes están más arraigados en la Región, la mayoría con sus familias, no se plantean regresar.

El sistema estatal y autonómico de prestaciones hace que muchos inmigrantes en paro perciban más dinero en subsidios (420 ó 350 euros al mes) que el salario mínimo o el sueldo medio de sus países de origen, como sucede en Marruecos, donde está fijado en 198 y 240 euros respectivamente. Lógicamente, la prestación a la que tienen derecho en España lo es por razón del trabajo realizado aquí y de la cotización realizada.

Junto al vigor de la población activa está el incremento de la población realmente ocupada, que actúan como fuerzas complementarias pero que en el caso de la Región tiene uno de los mejores coportamientos a nivel nacional, pese a la tragedia del balance final.

Con el País Vasco, Murcia fue la única comunidad autónoma donde creció la población ocupada con 3.300 asalariados más. En todas las demás regiones, salvo Madrid con 600 personas, han bajado. La tasa de actividad que establace la relación entre la población activa y la población en edad de trabajar no aporta beneficios . Es la tercera más alta del promedio nacional (un 62,9%). Denota que tiene más población joven que se incorpora al mercado de trabajo y al mismo tiempo engrosan las listas de paro.