Said y Rachid, en una de las plazas de Torre Pacheco, esta semana. :: ANTONIO GIL/AGM

Said tiene 36 años y es natural de Oujda (Marruecos), como la mayoría de inmigrantes marroquíes de Torre Pacheco. Lleva diez años en la ciudad. En esta década, ha trabajado en el campo y en la restauración hasta hace dos años. Ahora no encuentra nada. Vive con su novia española, también parada, en una casa prestada por la familia de ella. No perciben prestación alguna. Subsisten con el trabajo ocasional que le sale y con la ayuda de la familia de su novia. Rachid, por su parte, tiene 44 años. Está en España desde agosto de 2010. Es profesor de informática. Dejó su trabajo en Oujda para cumplir su sueño, «reunirse con su mujer y trabajar en España». Ella es profesora de literatura y periodista. Lleva en Torre Pacheco cinco años. Hasta hace dos, tenía empleo fijo en un almacén agrícola. Desde entonces, trabaja esporádicamente, «cuando la llaman, y es muy poco», dice su marido. No tienen hijos. Pagan de alquiler 450 euros al mes, 150 en comida y 160 de agua, luz y varios. «Alá ayudará a tener suerte», dice con esperanza.