La Iglesia valenciana celebró ayer el Día de las Migraciones. Con ese motivo, a las cinco de la tarde, se celebró una misa en la iglesia de Santa Catalina en la que participaron personas inmigrantes procedentes de más de 30 países portando las banderas de sus lugares de origen. Este año la jornada de las migraciones se celebró bajo el lema «Una sola familia humana».

No fue la única acción conmemorativa del Día de las Migraciones. A la misa se sumó la carta semanal del Arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro. En su escrito, titulado «Carta a un emigrante para meditarla juntos», el prelado reclamó «legislaciones que favorezcan la integración de los inmigrantes, faciliten la promoción profesional y les permitan un alojamiento decente donde pueda vivir toda la familia».

Monseñor Osoro urgió a «superar actitudes nacionalistas exacerbadas por parte de todos» e invitó a «hacer frente a toda manifestación de racismo y xenofobia». El arzobispo considero que solo «un amor auténticamente evangélico será suficientemente fuerte para pasar de la tolerancia al respeto real de las diferencias».

La misa de ayer por la tarde estuvo presidida por el obispo, Enrique Benavent, y organizada por el personal del Programa de Atención Social y Pastoral al Inmigrante de Cáritas Diocesana de Valencia.

Tras la celebración, en la plaza Lope de Vega, tuvo lugar un espectáculo de actuaciones folclóricas y danzas en el que se vieron representados todos los continentes, tal como informaron desde el Arzobispado.

Cáritas Diocesana de Valencia recordó que durante el año 2009 atendió a más de 47.000 personas inmigrantes. Entre los servicios que prestó se incluyen la oferta de ayuda económica a los inmigrante, así como asesoría jurídica, alojamiento y formación laboral.

A todo ello añadieron que las más de cuatrocientas Cáritas parroquiales que hay en la diócesis de Valencia también desarrollan «diversos servicios de apoyo y acompañamiento a los inmigrantes, atendiendo, en el mismo periodo a más de 22 mil personas».