rugby división de honor

Embajadores del planeta oval

 Jugadores de hasta seis nacionalidades, además de los locales, forman el Bizkaia Gernika Rugby 

Todos se integran en la vida gernikarra participando en sus costumbres y entrenando en los colegios

Deia, igor basterretxea, 23-01-2011

gernika – lumo

El planeta tierra realiza una trayectoria elíptica alrededor del sol, similar a la de un balón de rugby. También en un movimiento de traslación oval, hasta 14 jugadores de seis nacionalidades de Europa, América y hasta Oceanía han recalado esta temporada en Gernika – Lumo como integrantes de la plantilla del Bizkaia Gernika Rugby.

Su gran calidad está quedando de manifiesto a lo largo de la temporada sobre el césped de Urbieta, donde los resultados de los entrenados por Jorge Giménez – argentino de Chacabuco – han colocado a los basurdes en la zona noble de la tabla, luchando por el podio a final de temporada. Sin embargo, más allá del terreno de juego, estos profesionales desarrollan a lo largo de su estancia en la villa numerosas actividades relacionadas con el club, que les acercan a la gente y que les permiten una mejor integración en las costumbres locales.

“Los jugadores deben dedicar parte de su tiempo a la difusión”, explica Giménez. Así, además de los entrenamientos con las categorías inferiores, acuden a los colegios de la villa, donde los chavales complementan las clases de gimnasia con nociones básicas de rugby. “Soy profesor de educación física y me resulta más sencillo dar clases acá – dice el francés Gassie, tocado por el acento de sus compañeros argentinos – porque lo hacemos en grupos reducidos”. El excelente pateador de Agen reside en Burdeos desde hace ocho años, por lo que se defiende con soltura en castellano.

“Ofrecemos castellano, inglés y euskera”, puntualiza Goyo Zabaloy. El segunda línea de Bahía Blanca lleva en Gernika desde 2006 – intercalando una temporada en Oviedo – y es el coordinador de horarios del Proyecto Ikastola. “Cuando me presento les digo Euskara apur bat hitz egiten dut y me pongo como objetivo hablarles en euskera”, asegura, aunque ríe al recordar que “me piden que hable en castellano porque mi acento les recuerda a la serie infantil Patito Feo”.

Aunque la delegación argentina es la más numerosa con siete integrantes – además del míster – , Francia – con dos, tras la marcha de Delannoy – , Irlanda, Uruguay, Nueva Zelanda y Escocia – aunque los representantes de los dos últimos, Williams y Drummond, hayan abandonado el club por motivos personales – completan la delegación extranjera que complementa a los excelentes jugadores locales.

El buen ojo de la directiva en sus fichajes ha sido clave en el feliz devenir de la temporada en curso. Grandes jugadores que, sin embargo, deben ofrecer algo más que sus habilidades con el oval. “Deben cumplir más allá de lo que rinden en el campo, deben rendir en la difusión del rugby. Esta característica a veces sirve para decantarse entre un jugador y otro a la hora de ficharlo”, advierte Jorge Giménez.

diáspora vasca Cuando en 2004 la directiva gernikarra comenzó a traer los primeros jugadores extranjeros, éstos debían tener ascendencia vasca. Por ello, entre las actividades a realizar en su estancia en Gernika se encontraban las clases de euskera. “Yo no sabía ni que existía”, reconoce Zabaloy, pese a su doble ascendencia vasca, de Baiona y de Bermeo. Hoy, sin embargo es uno de los jugadores más integrados. “En un entrenamiento tuve un choque con Maguna, uno de los más cañeros, que se enfadó y le contesté: zozoak beleari, ipurbeltz!, y me miró sorprendido”, recuerda.

Este año las mayores dificultades de idioma debido a la variedad de idiomas de procedencia y la incompatibilidad de horarios han motivado la ausencia de las clases, aunque Zabaloy persevera aún dando cuenta de libros de gramática. “La gente es amable con el castellano, pero con una frase en euskera les sacas una sonrisa; no me cuesta nada y lo hago con mucho gusto”, afirma.

También recuerda alguna frase en euskera Andoni Oreja. De abuelos guipuzcoanos, el argentino acudía al centro vasco a bailar y aprender el idioma de sus ancestros. “Me acordaba de algunas frases de chico, y cuando me ofrecieron venir a Gernika me interesó, no solo por el rugby, sino por conocer un sitio del que tanto había oído hablar”, recuerda el medio melé.

También a Vincent Gassie le llamó la oportunidad de conocer “otra cultura, otro idioma”, aunque le sorprendió “el horario de comidas, la vida que hay en la calle…”, enumera. Zabaloy coincide en este punto al señalar que “al llegar vi a la gente comiendo en la calle, pero nadie me explicó que eran fiestas”.

integración Otras actividades del club también ayudan a la integración de los jugadores en la vida local, como el trabajo en los fogones y la barra de las txosnas del Último Lunes de Octubre. “Espero todo el año a que llegue”, asegura Zabaloy. Pese a suponer una jornada de trabajo mientras el resto disfruta, se sienten satisfechos. “Es una forma de integrarnos y contribuir con el club, con el pueblo”, analiza Oreja.

Además, participan en otras actividades del pueblo, como en los gigantes de las fiestas o haciendo de pajes para los Reyes Magos. “Queremos que los jugadores sean parte integral de un club que tiene un componente social muy importante”, recuerda Marcos Larrauri, manager del club. El gran juego que despliega el quince basurde tiene, por lo tanto, su prolongación fuera del césped, donde la integración de sus jugadores foráneos hace que entre todos conformen un equipo conjuntado.

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