El Instituto foral de Bienestar Social respira por fin aliviado después de la fuerte tempestad que motivó la masiva llegada de menores extranjeros no acompañados desde 2007, y que situó a los servicios sociales al borde del colpaso. Así, pese a que las aguas bajan ahora tranquilas, al diputado general, Xabier Agirre, no se le olvida que hace poco más de un año Álava llegó a acoger a más chicos que toda la comunidad de Madrid.
Por ello, el líder jeltzale aprovechó ayer su visita al centro Bideberria, que abrió sus puertas hace un año para atender de manera integral a un total de 32 menores, para dar un toque al Gobierno de Madrid. «El Ejecutivo español dijo tiene que asumir la adopción de medidas para impedir la movilidad descontrolada de los menores y fijar un número determinado de atención por cada comunidad. Por ello, seguiremos reclamando ese control con el objetivo único de poder atender a estos menores en las mejores condicones posibles».
Ése es precisamente uno de los objetivos prioritarios del centro Bideberria que, estructurado a la manera de un hogar funcional, cuenta con la presencia permanente de personal educativo. Ubicado en la calle San Ignacio, junto a Molinuevo, dispone de habitaciones, cocina y comedor, salas de estar y una zona al aire libre y en él se llevan a cabo diferentes programas educativos, de desarrollo personal o de intervención social y comunitaria con el fin de «garantizar, de forma efectiva y cercana, los derechos de los menores en peligro o riesgo de exclusión», destacó la diputada de Política Social, Covadonga Solaguren.