Temor en Salt tras la muerte del menor que resultó herido al huir de la policía

El País, REBECA CARRANCO, 21-01-2011

En Salt (Gironès), como en otros muchos sitios, los críos están en la calle a las seis de la tarde. Said el Haznaoui, de 20 años, charla con sus amigos. Pero tiene el semblante serio. “Era como mi hermano”, dice en referencia al menor de 16 años que murió ayer por la mañana en el hospital Josep Trueta de Girona. El adolescente estaba ingresado allí desde el 8 de enero, cuando cayó por un patio interior de un quinto piso durante una persecución policial. Su accidente fue el desencadenante de una ola de violencia callejera en la ciudad.

El Haznaoui, que llegó con 15 años a Algeciras en los bajos de un camión, le conocía porque vivía con él en un centro residencial de acción educativa (CRAE) en el municipio. Eso significa que la Generalitat tiene su tutela legal. No estudia ni trabaja. La policía dio el alto al menor fallecido cuando conducía una motocicleta robada y él, en lugar de parar, emprendió una huida mortal. “Tenía problemas”, se limita a decir el joven sobre su compañero.

Su muerte ha provocado en Salt cierto temor a que se repitan los incidentes del fin de semana, por lo que ayer se reforzó en extremo la presencia policial. De viernes a domingo, ardieron nueve contenedores y 12 vehículos (cinco coches y siete motocicletas). El Consistorio, además, informó ayer de que el miércoles por la noche la policía local detuvo a Francisco A. R., de 33 años, por quemar otro contenedor. El hombre está vinculado a movimientos de extrema derecha y acumula múltiples antecedentes.

Desde el inicio de los altercados, la alcaldesa, Iolanda Pineda (PSC), denunció que “a alguien” le interesaba “encender el fuego” en Salt. “¡Quemaba contenedores para que luego dijeran que éramos nosotros!”, señalaba ayer uno de los jóvenes del corrillo de menores, de origen marroquí y amigo del fallecido. El director general de los Mossos d’Esquadra, Manel Prat, aseguró ayer que los tres episodios vandálicos vividos en Salt tienen distintos protagonistas.

Todo comenzó el viernes por la tarde con una manifestación ante la comisaría de la Policía Local por el accidente que sufrió el menor. Los Mossos detuvieron a dos adolescentes de 16 años y a un hombre de 23 (todos ellos con antecedentes) por quemar nueve contenedores. La madrugada del domingo ardieron vehículos en Salt, sin que por el momento la policía haya dado con los culpables.

“Quizá hoy a las diez de la noche nos concentremos de nuevo en la comisaría”, amenazaban por la tarde varios colegas del adolescente fallecido. Mientras, dos agentes apostados enfrente no les quitaban el ojo de encima. La policía teme que las aglomeraciones sirvan de excusa a los vándalos. Pero las asociaciones de vecinos, culturales y de inmigrantes mantienen convocada una manifestación para el sábado al mediodía. “Ahora tiene más sentido todavía. No puede ser que ocurran estas cosas”, defendía ayer la portavoz de la marcha, Francesca Terrón. Todos los partidos con representación en el Ayuntamiento se han sumado a la convocatoria.

De forma extraña, en Salt había ayer a última hora de la tarde más calma de la habitual. “En la oficina de vivienda nos han dicho que hoy nos vayamos pronto a casa”, explicaba Pilar Vintús, de 52 años. La mujer, profesional del sector de la limpieza, caminaba junto a Bernardita Lozano, de 65. “Esto ha sido la guinda. Se huele en el ambiente que se está preparando algo para el sábado”, sentenciaban.

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