El reggaetón de Winsi y Yandel y de Daddy Yanquee no perturba a quienes duermen alrededor de Rosa Felizzola Celis, una joven colombiana de 18 años que vino de Maicao, del departamento de La Guajira, para estudiar medicina en la Universidad de Guayaquil.

Son cerca de las 03:20 del pasado miércoles y Rosa no tiene sueño. Prefiere escuchar música, conversar de su país y reír junto a Jennifer Guiracocha, Cristina Pazmiño y Luis León, jóvenes ecuatorianos a quienes conoció desde el pasado lunes en que llegó a esta institución para inscribirse en el preuniversitario de Medicina.

Sus primos, que residen más de 15 años en Guayaquil, le propusieron que estudiara medicina en Ecuador. Había seguido un curso de enfermería y laboratorio así que aceptó la propuesta e inició el viaje el 18 de diciembre pasado. Un día antes de Navidad llegó a Guayaquil luego de un trayecto de cinco días por las carreteras de Colombia que estaban en mal estado por el invierno.

Comenta que su tía, quien matriculó a su prima, le contó el drama. “(La tía) Vino a trasnocharse pero creí que eran tres días, he llegado desde el lunes y me toca esperar hasta el jueves (hoy corresponde el dígito 5), esto sí está duro”, señala al indicar que recibirá el apoyo económico de su tía María Benjumea y de sus primos residentes en esta ciudad. “Por si o por no traje mis papeles apostillados (convalidados), si no paso acá me quedo trabajando un año”, señala esta joven guajira.