Tambores cercanos

El País, ISABEL LANDA, 19-01-2011

Festejan las fiestas patronales de sus respectivos países, pero también han hecho suyos los redobles de la Marcha de San Sebastián. Cada inmigrante que vive en la capital guipuzcoana se involucra a su manera en la fiesta patronal, el día más grande del año para los donostiarras.

Hay quienes se dejarán llevar esta medianoche por la marea blanquiazul que se agolpa como cada año en la plaza de la Constitución durante la izada para escuchar los barriles y los tambores al unísono en directo. Otros acompañarán mañana a sus hijos el día de la Tamborrada infantil, que celebra su 50º aniversario, y hay quienes organizan cenas como marca la tradición. También están los que se desmarcan de la fiesta porque argumentan que no hay ganas de celebración tras una dura jornada de trabajo.

Los que menos participan en alguna Tamborrada, como la del Club Atlético de San Sebastián, que cuenta con un donostiarra de origen africano, o la de la Asociación Cultural Txirain del Antiguo, en que participa un alemán que lleva 22 años acudiendo a la víspera de San Sebastián y esta vez podrá vestirse de cocinero.

Muchos inmigrantes – 18.486 empadronados en la capital guipuzcoana, según datos de Ikuspegi de 2010 – coinciden en reseñar alguna de sus fiestas nacionales como punto de partida a la hora de opinar sobre cómo viven la Tamborrada. Para Judith, una ecuatoriana de 35 años, la celebración se asemeja a la fiesta de la fundación de Loja, su ciudad natal, al sur de Ecuador, que se celebra el 18 de noviembre. “También tenemos tambores y desfiles; allá les llamamos grupos de guerra, pero aquí es muy impactante verlo”, asegura esta joven que trabaja en un locutorio y que este año acompañará a su hija en la Tamborrada infantil.

Aide, de Tegucigalpa (Honduras), de 29 años, lleva tres años en San Sebastián y trabaja en el servicio doméstico. No se pierde la izada y le gusta ir con sus amigas porque le recuerda a la fiesta de la Independencia de su país, que se celebra el 15 de septiembre. “Los colores también son blancos y azules y todos van vestidos de soldados, pero aquí hay un sentimiento muy bonito”, explica.

Para algunos, el “folclore” como dicen, contagia. Es el caso de Marisol y Manuela, dos hermanas de México DF que organizarán una cena en casa con amigos, irán a la izada en el barrio del Antiguo y mañana acompañarán al marido de una de ellas, donostiarra, porque toca el barril en la histórica Peña Anastasio.

“Lo que más me gusta de esta fiesta es la cohesión entre niños, jóvenes y adultos, todos de diferentes edades, en torno a una fiesta. En México hay fiestas patronales, algunas igual de animadas, pero la víspera de san Sebastián es especial, todo el mundo quiere que llegue el día”, cuenta Marisol, que el 31 de agosto desfila de abanderada con la ikurriña en la sociedad gastronómica Hamaikak Bat de la Parte Vieja.

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