Alberto Gaviria Hernández, de nacionalidad colombiana, 43 años y sin antecedentes, murió anoche de dos tiros en su domicilio del barrio de Usera. Un testigo vio salir de la vivienda, justo después de producirse el homicidio, a dos hombres sospechosos. El Grupo V de la Brigada de Policía Judicial investiga este caso, en el que no se descarta un ajuste de cuentas como supuesto móvil.
A las 21.15 de ayer, el 112 recibía el aviso de un vecino de la zona, que había escuchado las detonaciones. La primera en llegar al lugar, el número 122 de la calle de Nicolás Sánchez, fue una patrulla de Policía Municipal. Los agentes subieron hasta la vivienda, en el 1ºA, y en su vestíbulo, moribundo, se encontraron tirado en el suelo, boca arriba, a la víctima. Presentaba dos orificios de bala. Uno, sólo de entrada, en el pecho, muy cerca del hombro. El segundo, probablemente el que le ocasionó la muerte, en el abdomen, con orificio de salida. De hecho, por esa zona, Alberto Gaviria expulsaba muchísima sangre. Los agentes, mientras que llegaba el Samur, que se encontraba cerca, le practicaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar, que continuaron luego los médicos, informó Emergencias Madrid. Sin embargo, todos los esfuerzos eran inútiles. Además, presentaba diversas hemorragias internas.
El interior de la vivienda estaba muy revuelto. Incluso una mesa estaba tumbada en el suelo. Hasta el escenario del crimen llegó la Policía Nacional, que buscaba en las inmediaciones el arma homicida. Familiares de la víctima —su hermana tuvo que ser atendida de una crisis de ansiedad— y su novia acudieron al lugar de los hechos.