GOLPE A LAS REDES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL

El burdel de la pastilla negra

Chinas que se prostituyen en BCN dicen a la policía que se las fuerza a tomar un afrodisiaco para aguantar 48 horas seguidas Una redada interviene en cuatro pisos prostíbulo

El Periodico, ANTONIO BAQUERO BARCELONA, 05-01-2011

«¿La pastilla negra? ¿Y eso qué es?», preguntó sorprendido el agente que tomaba declaración a una de las jóvenes chinas que habían sido detenidas en el curso de la redada en un prostíbulo chino de Barcelona. La joven acababa de relatar que sus jefes las obligaban a tomar esa misteriosa píldora. A las preguntas del policía, la chica explicó que los encargados del prostíbulo, a veces hombres y a veces una mujer a la que siempre se denomina mami, las «forzaban a tomar esa pastilla» de color negro para que las jóvenes fueran capaces de aguantar ofreciendo servicios sexuales en turnos extenuantes «de hasta 48 horas seguidas».

Ninguno de los agentes de la Unidad contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) que había participado en la redada y que tomaba declaración a las jóvenes chinas había oído nunca hablar de aquello. Indagaciones posteriores han permitido a los agentes constatar que esa pastilla negra es un afrodisiaco chino, en ocasiones sintético y en ocasiones elaborado con hierbas medicinales, que esas redes asiáticas emplean para conseguir que las jóvenes a las que fuerzan a prostituirse mantengan el apetito sexual.

En tres distritos

El descubrimiento se produjo en el curso de una serie de redadas llevadas a cabo estas últimas semanas por agentes de esa unidad del Cuerpo Nacional de Policía en cuatro prostíbulos ubicados en pisos en los distritos barceloneses del Eixample, Sant Andreu y Sant Martí. La operación permitió localizar a 16 mujeres asiáticas que estaban siendo obligadas a prostituirse por la que se sospecha que es una misma organización criminal china. Las jóvenes explicaron a los agentes que normalmente los proxenetas las someten a un «férreo control» y que deben estar «disponibles las 24 horas del día, llegando a trabajar en turnos de hasta 48 horas sin descanso».

Los investigadores pusieron a disposición de las jóvenes una relación de oenegés que podían ayudarlas a salir de la prostitución. Fuentes cercanas a la investigación reconocieron que esa oferta tuvo poco éxito pues «es un colectivo muy hermético y esas chicas temen las posibles represalias que pueden sufrir si abandonan la actividad».

Esos burdeles y saunas de relax funcionaban de forma encubierta en pisos de las calles de Rosselló, València, Cinca y Balmes. Allí trabajaban unas jóvenes a las que la red había logrado proporcionar en la mayoría de casos permisos de residencia y trabajo en España.

En los registros, los agentes encontraron abundante documentación de esa cadena de prostíbulos, esencialmente la contabilidad. Ahí, los encargados de cada burdel registraban no solo el dinero ingresado por los servicios sexuales ofrecidos por las jóvenes si no también el porcentaje de esos ingresos que debían entregar a los responsables de la mafia, sus verdaderos jefes.

Tarjetas sospechosas

La investigación de la trama se inició después de que los agentes constataran una auténtica ofensiva publicitaria de esos prostíbulos, que distribuían pequeños flyers (tarjetas publicitarias) en plena calle, especialmente a la salida de las paradas de metro.

Tras analizar esas tarjetas, los agentes comprobaron que, pese a tratarse de distintos prostíbulos, aparecía la foto de la misma joven o estaban realizadas de forma casi idéntica. «Era muy sospechoso que las tarjetas fueran tan similares en tamaño, tipo de papel, letras, colores e imágenes. Todo indicaba que esos prostíbulos estaban relacionados entre sí y controlados por las mismas personas», señalan fuentes cercanas a la investigación.

Imágenes pornográficas

Además, en las páginas de anuncios en internet, esas redes chinas han multiplicado los reclamos que llaman la atención por emplear un lenguaje brutal, incluir fotos pornográficas de las prostitutas que allí ejercen en plenos servicios sexuales y, ocasionalmente, ofrecer un servicio sexual gratis por cada cuatro pagados.

Actualmente, las fuerzas de seguridad calculan que la mafia china controla solo en Barcelona medio centenar de burdeles donde explota a entre 250 y 300 jóvenes asiáticas.

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