Sociedad

970 Días durmiendo en el monte no sirven de nada

Canarias 7, EFE / Ceuta , 05-01-2011

Han pasado unos 970 días durmiendo en el monte de Ceuta en un campamento clandestino construido a base de cartones y maderas que fueron apilando con el paso del tiempo. Es la historia de 67 inmigrantes hindúes que, ahora, han decidido poner fin a su protesta.

Harneer Singh, uno de los hindúes que iniciaron esta acción, recuerda a EFE cuando el 7 de abril de 2008 un total de 67 compatriotas que vivían en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta optaban por abandonar el recinto por miedos a ser repatriados a su país de origen.

Los 67 inmigrantes comenzaban, de esta forma, una medida de protesta que ha durado cerca de 1.000 días, hasta que las fuerzas han aguantado y la moral de un grupo se ha ido reduciendo con el paso de los meses.

Los hindúes sólo pedían una cosa: viajar a Europa para seguir su sueño europeo, al mantener que llevaban más de dos años en Ceuta en un “limbo jurídico porque nadie nos decía nada”, cuenta Harneer Singh con los ojos llenos de lágrimas.

Por aquel entonces, momentos antes de la Semana Santa de 2008 los hindúes se armaban de valor y optaban por abandonar el CETI, donde al menos tenían un techo donde dormir y un plato de comida para llevarse a la boca.

En estos 970 días han vivido de las limosnas, la solidaridad de los ciudadanos y de organizaciones no gubernamentales así como del dinero que han podido obtener en diferentes oficios desarrollados en la ciudad.

Sin embargo, Chandresh Sing, otro de los que quedan en Ceuta, asegura: “Fuimos 67 al principio y luego hemos quedado 20 porque muchos se han ido a la península ocultos en camiones, coches o en embarcaciones. Así es la vida”.

Chandresh Sing lo tiene claro: “Ahora viene una época mala de lluvias y viento y ya sólo somos veinte, por lo que no vale la pena seguir así”.

En el monte del Jaral, próximo al CETI, ya sólo quedan restos de comida y algunas cañas utilizadas a modo de vivienda por estos inmigrantes que despertaron el interés informativo durante muchos días hasta que el paso de los meses les hizo pasar casi al olvido.

El director del CETI, Carlos Bengoechea, ha indicado a EFE que el recinto ha aceptado el regreso de estos inmigrantes, que ahora deberán acogerse a las normas de esta instalación y al expediente abierto bien para su expulsión o su permanencia en el país por entrada ilegal.

Hoy, 970 días después, este campamento paralelo al CETI ya es historia. Una más de las muchas que encierra la inmigración clandestina.

¿Habrá valido la pena tantos días durmiendo a la intemperie?. Esa es la gran incógnita que les queda a los veinte que todavía están en Ceuta.

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