Jesús Prieto Mendaza | Antropólogo

«Ha resucitado el discurso del miedo a los inmigrantes»

El Correo, SAIOA ECHEAZARRA, 20-12-2010

Una décima parte de la ciudadanía de Vitoria ya es extranjera. Un motivo por el que el Ayuntamiento ha celebrado el Día Internacional del Inmigrante con el objeto de reconocer y valorar su contribución al avance económico, social y cultural de la ciudad. El antropólogo y profesor de la universidad de Deusto Jesús Prieto Mendaza analiza esta situación en el marco del derecho a la integración, preocupado por la mala percepción de los alaveses hacia este colectivo «estigmatizado por el discurso del miedo».

- ¿Cómo repercute a Vitoria que una décima parte de su población sea inmigrante?

- Durante los tiempos de bonanza económica no ha repercutido mal, porque los vitorianos consideraban que venían a aportar y además cogían los trabajos que otros no querían. Con la crisis, esa percepción ha cambiado y se ha vuelto a recrear ese discurso de que roban, delinquen y vienen a quitar puestos de trabajo a los autóctonos.

- ¿Cómo evolucionará esta tasa en el futuro?

- Es cierto que la mala situación económica ha reducido el efecto llamada, pero las pateras siguen llegando. Lo que ahora pasa es que se están trasladando a Álava desde otras ciudades españolas como Madrid, Murcia o Barcelona, donde no encuentran trabajo. Hay que tener en cuenta que internet y las nuevas tecnologías han llegado a los países más pobres, por ejemplo Senegal, y están comunicados con España. Un senegalés que envía 15 euros mensuales a su país consigue alimentar a toda su familia. Si se queda allí y trabaja doce horas diarias, le pagarán con 3 pescados.

- ¿Cuál es la percepción de la población autóctona sobre los extranjeros?

- Según el último estudio del observatorio vasco de Inmigración Ikuspegi, la percepción que tiene la gente de los inmigrantes se está viendo seriamente afectada por este discurso del miedo, que no es novedoso. Actualmente está circulando por toda Europa y dando votos a partidos muy conservadores.

- ¿A qué época se remontan los flujos migratorios en la capital alavesa?

- No es algo nuevo. Por Álava han pasado íberos, fenicios, celtas, romanos, árabes, judíos y gitanos, de modo que es un territorio mestizo y ‘criollizado’ desde tiempos inmemorables. Pero desde hace una década hemos vivido fenómenos novedosos, porque quienes llegaban ya no eran de otras partes de España, sino de otros países, trayendo otros colores, olores y sabores.

«Tendemos a exagerar»

- ¿Tiene alguna relación la llegada de foráneos con el aumento de la delincuencia?

- Radicalmente, no. Si realmente fuera así habría asaltos en supermercados y centros comerciales a diario. La situación de las familias inmigrantes es más que de alarma, y a pesar de ello la gran mayoría se está portando de forma plausible.

- Los vecinos de Coronación, con una alta tasa de inmigrantes, se quejan de esa falta de seguridad.

- Ahora se da un problema de pequeñas violencias. A nadie le importa que atraquen una sucursal de la Caja Vital, pero sí que le den un tirón del bolso. Ha habido violencias causadas por gente de aquí que le achacan a los de fuera. Tendemos a exagerar ante la presencia de desiguales, se llama ‘imaginalización’ abultada. Estas leyendas urbanas están estigmatizando a los inmigrantes. Tengo muy buenos amigos africanos que son conscientes de que cuando entran en una tienda la gente se agarra el bolso. Son chivos expiatorios, a toda sociedad le viene bien tenerlos.

- ¿Qué opina de las actuales políticas de inmigración?

- El problema es que no hay verdaderas políticas de inmigración. Hay un gran despliegue para evitar que vengan, poniendo vallas en la frontera. La administración sólo piensa en eso, no hay políticas de integración. Y eso es peligroso porque cualquier día pueden empezar a arder coches u otro tipo de sucesos violentos.

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