ROSABEL ARGOTE Responsable de ERANIA Hoy presenta en Vitoria su obra ‘Álava: Cultura, Espacios y (Con)vivencia’, en la que cerca de 50 agentes sociales promueven la convivencia intercultural

«Lapidamos a los inmigrantes y les enviamos a la mendicidad»

El Mundo, , 25-11-2010

JUANFER FERNÁNDEZ / Vitoria
Miradas de reojo que acuchillan,
comentarios con tintes xenófobos
que se dejan caer como si tal cosa
en bares y restaurantes… Indiferencia.
Hay quien dice que el racismo
es como juzgar un libro por el
color de sus hojas. Quien lea la
nueva obra de Rosabel Argote,
Álava: Espacios, Culturas y
(Con)vivencias, no sólo se percatará
de ello, también presenciará,
texto enmano, una idea bien argumentada:
la sociedad vasca «lapida
» al ciudadano extranjero hasta
enviarlo a la mendicidad. Argote,
responsable de Espacio de Reflexión
y Acción Intercultural en
Euskadi (ERANIA) defiende sus
argumentos horas antes de presentar
la publicación en el Palacio
de Villasuso, hoy en Vitoria.
Pregunta.– Inmigrantes y vascos,
¿conviven o coexisten en Euskadi?
Respuesta.– Estamos aprendiendo
a convivir. La coexistencia se da,
la convivencia se construye. Y Álava,
en estos momentos, está aún en
proceso de construcción de la convivencia.
P.– ¿Cómo se destierra el prejuicio?
R.– Desde la creatividad. Las organizaciones
que trabajamos en la
sensibilización vemos que hay muchísimos
datos oficiales que rompen
con los estereotipos, que certifican
que la población inmigrante
aporta más a la seguridad social de
lo que consume, que no abusan de
las ayudas sociales, que los porcentajes
de delincuencia no son mayores
entre la población inmigrante.
P.– Entonces, ¿qué motiva la rabia
contra el extranjero?
R–Las personas nos blindamos
ante cualquier información que no
confirma lo que pensábamos de antemano.
Nuestros programas se dirigen
a la razón, al raciocinio de la
opinión pública; pero, en realidad,
la nueva fase debería ir dirigida a
los sentimientos.Más educación
emocional que racional. Ahí es donde
fluye la rabia visceral que alimenta
los comentarios racistas.
P.– ¿Qué opina de la expulsión
masiva de comunidades enteras,
como sucedió en Francia?
R.– Tener a Francia como país vecino
debería servir para ver cuáles
son las consecuencias de determinadas
acciones. Se están tomando
medidas a la brava y ésa es una de
tantas. Si aquí seguimos ese ejemplo,
acabaremos siendo espectadores
de escenarios muy parecidos.
P.– El PP catalán puso en valor
el pasado 13 de octubre que los
inmigrantes abusaban de la Sanidad
e incluso llegó a vincularlos
con la inseguridad. ¿Son aseveraciones
manifestadas a la brava?
R– Son campañas electorales
que se dirigen a la captación de votos.
La ciudadanía siente pavor a lo
desconocido e impotencia ante una
situación de crisis. A quién le vas a
echar la culpa, ¿a los bancos, que
no les podemos poner cara? Culpamos
a aquellos que están en una situación
de inferioridad. Los partidos
que instrumentalizan el miedo
están haciendo un flaco favor a los
derechos humanos.
P.– ¿Ha olvidado este país que
uno de sus pilares básicos fue la
emigración?
R.– Pecamos de una gran amnesia
histórica. Ya en 1946 se retrató
un cayuco con 160 canarios arribando
en las costas de Venezuela.
Olvidamos que hoy haymás de millón
ymedio de personas españolas
inmigrantes en otros países del
mundo.
P.– Da la sensación que sólo nos
acordamos de la inmigración cuando
suceden desgracias. Esta semana
murieron dos inmigrantes sin techo
en Santurtzi. ¿Cree que la sociedad
vasca empuja al colectivo a
la mendicidad?
R.– Sí. Para que haya convivencia
tiene que haber igualdad en el
acceso a los recursos, y esa igualdad
no existe. Calmamos nuestras
conciencias haciendo movilizaciones,
pero cuando están aquí cometemos
lapidaciones sociales que
acaban desembocando en sucesos
dramáticos, como el de la muerte
de estos dos chicos.

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