Un centro infantil de la región de París se sienta en el banquillo por haber despedido a una empleada integrista

Guerra del velo en la guardería

La Vanguardia, , 09-11-2010

LLUÍS URÍA – París. Corresponsal

“Perder esta batalla significaría que la religión puede imponerse en todo”, advierte Badinter
Baby Loup (lobito) es una guardería especial.
Fundada en 1991 por una asociación privada en un barrio difícil de la población de Chanteloup-les-Vignes (al oeste de París), tiene la particularidad de permanecer abierta durante las 24 horas del día, siete días a la semana, con el fin de adaptarse a los complicados horarios de trabajo de muchos padres.

Dos centenares de niños de entre dos meses y nueve años – de forma regular o esporádica-han hecho de Baby Loup su segundo hogar. Y algunas mujeres del barrio, sin formación previa, han encontrado en ella una vía profesional que de otro modo hubieran visto cerrada.

Pero si el centro ha captado ahora la atención de todo el país no es por sus particulares y extraordinarias cualidades, sino por haberse convertido en la última trinchera de la sorda batalla que mantienen en Francia el integrismo islámico y el principio republicano de la laicidad.

Los problemas empezaron para Baby Loup en el 2008, cuando una de sus empleadas, Fátima Afif, de regreso de un largo permiso de maternidad, expresó su intención de adoptar el velo islámico. La directora y fundadora de la guardería, Natalia Baléato, se negó argumentando – con el reglamento interior en la mano-que el centro prohibía la ostentación de signos religiosos en aras del principio de neutralidad (la ley ya lo hace en las escuelas públicas, pero no en las privadas). A falta de un acuerdo, Fátima Afif fue despedida por falta grave.

La ex empleada recurrió entonces su despido ante los tribunales laborales – prud´hommes-,reclamando 80.000 euros en concepto de indemnización, y denunció a la guardería por discriminación ante la Alta Autoridad contra las Discriminaciones y por la Igualdad (Halde). Para sorpresa de todo el mundo, y pese a la defensa de la guardería realizada por el ayuntamiento y la asociación de padres, la Halde – presidida en aquel entonces por Louis Schweitzer, ex presidente de Renault-dio la razón a la mujer del velo.

La nueva presidenta de este organismo, Jeannette Bougrab – francesa de padres argelinos, defensora a ultranza de la laicidad y de la causa de las mujeres-,se mostró escandalizada por este juicio y pidió un nuevo informe atendiendo al hecho, a su juicio no suficientemente tenido en cuenta, de que Baby Loup presta un servicio público. A la espera de este nuevo dictamen, los prud´hommes celebraron ayer la vista del caso en medio de una gran expectación. La sentencia será pronunciada en diciembre.

La guardería Baby Loup se juega su propia supervivencia en el envite. La combinación de un posible pago de 80.000 euros, junto a una eventual condena penal por discriminación, podría llevarle a bajar definitivamente la persiana. Pero en este pulso es también mucho más lo que hay en juego. “Estamos en un combate universalista, que va más allá del de Baby Loup. Perder esta batalla significaría simbólicamente que la religión se impone en todo. Si eso creara jurisprudencia sería el fin de la laicidad en Francia”, ha apuntado la académica y feminista Elisabeth Badinter, madrina de la guardería.

A nivel político, el diputado socialista Manuel Valls – alcalde de Evry, una importante ciudad de la banlieue parisiense-avanzó la idea de modificar la ley del velo del 2004 para extender la prohibición que existe actualmente en las escuelas públicas a cualquier establecimiento donde haya niños. Eso chocaría, sin embargo, con las escuelas católicas…

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