Una de las actividades realizadas con jóvenes de diferentes nacionalidades. :: LA VERDAD

María Vera se enfrenta diariamente a decenas de expedientes de jóvenes inmigrantes, y también adultos, que acuden a la Oficina Municipal de Juventud y Diversidad en busca de asesoramiento laboral o para abordar cuestiones relacionadas con su regularización en España. Con la crisis económica, el número de usuarios que acuden ha ido en aumento, al igual que también las denuncias que realizan. Una de la más común es la firma de contratos de trabajo que al final resultan ser falsos. «Este tipo de documentos son esenciales para obtener permisos de estancia o reagrupación familiar. Muchos compran esos contratos de trabajo con la esperanza de que les sirvan y al luego la mayoría acaban siendo una estafa», apunta Vera.

No es el único obstáculo con el que se encuentran los inmigrantes en su proceso de regularización. «La ayuda que reciben nunca es suficiente. El 80% de las cuestiones las podrían resolver ellos mismos pero se pierden en los trámites administrativos y acaban contratando a un abogado que les puede llegar a cobrar hasta 800 euros. Por eso es necesario que sigamos potenciando este tipo de servicios», añade María Vera. «Ahora el mayor problema de regularización está con los ciudadanos procedentes de India y Pakistán. La mayoría de ellos están sin regularizar, al igual que los procedentes de diferentes países de África».

En los últimos meses, en relación al ámbito educativo, se ha incrementado el número de inmigrantes que acuden a la Oficina para que se les oriente sobre la homologación de sus títulos de estudios. «Hay muchos inmigrantes profesionales que no consiguen homologar aquí sus estudios y por tanto no pueden participar en cursos de formación. Sí suelen poder optar a los cursos de pocas horas, pero no a los de más tiempo. El proceso de homologación puede durar entre seis y nueve meses. Rumanos y rusos son los que más están solicitando en los últimos meses esta homologación», dice Vera.

«Otro muchos se han quedado sin poder estudiar un módulo de Formación Profesional (FP) de Grado Medio porque este año se ha dado prioridad en las plazas a los jóvenes desempleados. Hay muchos inmigrantes que no se inscribieron en el paro y por tanto no han entrado. Se encuentran ahora con el hecho de que no tienen trabajo y tampoco estudiar», concluye la responsable de la Oficina de Diversidad.