El Gobierno suizo ha intensificado su campaña para evitar la victoria, en el referendo que tendrá lugar el 28 de noviembre, del proyecto promovido por el partido ultranacionalista UDC que busca expulsar del país a los extranjeros que hayan cometido crímenes graves.

A menos de tres semanas de la consulta, las autoridades se han lanzado a pedir el voto para el contraproyecto que, a su vez, ha presentado el ejecutivo con el apoyo de varios partidos y que busca contrarrestar la iniciativa más extremista de la Unión Demócrata de Centro (UDC).

“Si queremos votar por una Suiza humanitaria, abierta y que mantenga su reputación de lugar de asilo, hay que votar por el contraproyecto”, exhortó hoy el director de la Oficina Federal de Migraciones, Alard du Bois – Reymond, en una conferencia de prensa.

El alto funcionario insistió ante la prensa internacional en Ginebra en que apoyar la iniciativa de UDC equivale a “apoyar una Suiza xenófoba”, pero subrayó que votar “no” a ambos proyectos “no va en interés de Suiza, le hacemos un mal servicio al país”.

“Tenemos que reconocer que las cosas no pueden continuar como están, hemos sido demasiado abiertos y las cosas se han torcido. Las estadísticas oficiales muestran un gran incremento de las tasas de criminalidad en Suiza, y los datos dicen que la tasa de los delitos cometidos por extranjeros es mucho más alta que la de los suizos”, señaló.

El referéndum, que se celebrará un año después de la polémica consulta que llevó a prohibir la construcción de minaretes en las mezquitas de Suiza – también a iniciativa de UDC – se ha convertido en una patata caliente para el ejecutivo helvético, que se vio obligado a lanzar su contrapropuesta para evitar una nueva victoria del miedo que empañe más la imagen del país.

“Hemos dejado que se fuera deteriorando un problema importante, como es el aumento de la criminalidad, y debemos reaccionar para que las cosas no empeoren. Y no hablar de ello por miedo a parecer racistas no va a solucionar nada”, insistió el responsable de la Oficina de Migraciones.

“Vemos signos de alarma, vemos cosas que no van bien. La gente tiene miedo de los criminales extranjeros, esto es real, y hay que actuar de una manera razonable para evitar que ese miedo sea explotado”, añadió.

Du Bois – Reymond citó estadísticas que indican que “la tasa de crímenes penales cometidos por ciudadanos de África occidental es 6 veces superior a la de los suizos, la de los tamiles de Sri Lanka cuatro veces superior y la de las personas de países del este de Europa y balcánicos tres veces”.

Insistió en que “estos son los hechos” a pesar – señaló – de que “por decirlo claramente, me llamen racista”, y apoyó el contraproyecto presentado por el gobierno porque respeta la Constitución, la Convención Europea de Derechos Humanos y los acuerdos de libre circulación con la Unión Europea.

El contra – proyecto usa como criterio determinante para la expulsión la gravedad de los delitos, mientras que la iniciativa de la UDC determinaría la expulsión inmediata del reo, una vez juzgado, sin tener en cuenta su entorno socio – económico ni las circunstancias del hecho.

“El proyecto de UDC ataca sólo los síntomas de la criminalidad, no las causas, y con él, una señora de la limpieza que lleve 30 años en Suiza podría ser expulsada si, por ejemplo, es pillada trabajando en negro”, dijo el alto funcionario.

Algunos partidos suizos, como el Socialista o los Verdes, se oponen incluso al contraproyecto y promueven el doble “no” en la consulta.