En la muerte de Paul

El Correo, IÑAKI EZKERRA, 01-11-2010

Vivimos una época en la que sólo tienen prestigio los profetas de lo negro, los agoreros. Yo creo que por eso se ha muerto Paul, el pulpo que predijo la victoria de España en el Mundial de Sudáfrica; porque notaba el pobre que no tenía cabida en la Alemania de la crisis en la que sólo se presta atención a los malos vaticinios y en la que para colmo la Merkel ha desenterrado el discurso contra la inmigración. No digo que no tenga razón la Merkel en lo que dice sobre el fracaso del multiculturalismo. Lo que digo es que me parece más que sospechoso que saque ese tema cuando se acercan las elecciones, como hace Sarkozy en Francia. Lo que digo es que una cosa son los problemas que, ciertamente, crea el fundamentalismo islámico y otra cosa es lo caro que puede resultar para una economía en recesión el acceso de los inmigrantes a la servicios sociales. Se trata de dos asuntos diferentes que no se deben mezclar, entre otras razones, porque son antitéticos. Uno reside en la falta de integración, el otro en un aspecto inherente a la integración misma que supuestamente se desea y cuya ausencia se denuncia. Yo creo, sí, que Paul se dio por aludido porque era un inmigrante además de un pulpo sensible. Un pulpo sin papeles nacido en el Atlántico que había llegado a las costas británicas dentro de la patera de sí mismo y que, sin estudios, había conseguido un trabajo de profeta blanco en el acuario de Oberhausen.

Yo creo que Paul se ha suicidado aunque ya hay especulaciones sobre su asesinato. ‘¿Quien mató a Paul?’ se titula de hecho la película que está rodando Jiang Xiao, una directora china que sostiene que el bicho no murió el 26 de octubre sino el 9 de julio, dos días antes del Mundial, y que los alemanes ocultaron esa defunción por los intereses que había en juego. La teoría de Jiang Xiao responde a una mentalidad conspiratoria que nos resulta familiar y con la que se suelen llenar best – sellers. Es esa mentalidad según la cual el hombre no pisó jamás la Luna sino que todo fue un montaje que los americanos urdieron sobre un plató. La misma mentalidad que defiende que también ha sido un falso montaje el famoso rescate de los treinta y tres mineros chilenos porque éstos mostraban un aspecto misteriosamente saludable que no se tiene cuando se está setenta días bajo tierra o que la madre Teresa de Calcuta era un robot de la CIA. Jiang Xiao dice ese tipo de cosas. Dice que todos los partidos del Mundial estaban amañados y que Paul sólo fue “la herramienta de la mentira”. Yo creo que da igual que lo que dice Jiang Xiao tenga coherencia, verosimilitud o credibilidad. Lo que me parece dramático es que vivamos en un tiempo en el que ya no se pueda morir en paz, sin parecer sospechoso de no sé qué, ni un pobre pulpo que auguraba buenas noticias y no calamidades. ¿Que quién mató a Paul? A Paul lo ha matado nuestra época.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)