«Las sociedades ricas descuidan la formación y eso se pagará en el futuro»

El Correo, MARÍA REGO, 31-10-2010

A Eugenio Ruiz Urrestarazu le queda, al menos, medio mandato al frente del campus alavés de la UPV/EHU. En su primer curso como vicerrector inauguró el Centro de Investigación y Estudios Avanzados ‘Lucio Lascaray’ y para el segundo, en el que se encuentra inmerso, puso en marcha la adaptación de las titulaciones al marco europeo o plan Bolonia. Aún faltan dos años para que este catedrático de Análisis Geográfico Regional se licencie en el cargo, donde espera dar forma a otros proyectos, como traer Veterinaria, un máster de paisaje o ayudar a que los vitorianos dejen de ver la universidad como una «burbuja».

- A un par de meses de cumplir medio mandato, ¿qué balance realiza desde el Vicerrectorado?

- Todavía no me ha dado tiempo a pensar pero ha sido un periodo muy movido y, no hay que ocultarlo, difícil en cuanto a la implantación de los nuevos grados porque ha supuesto mucho trabajo para todos.

- ¿Es Bolonia la palabra que más se le ha pasado por la cabeza en este tiempo?

- Sí, evidentemente. Había que trabajar en ello lo máximo posible para garantizar que saliesen titulaciones de calidad, atractivas y en consonancia con las necesidades de la sociedad. La universidad pública debe dar y mantener todo tipo de conocimientos, incluso en titulaciones que en un momento dado no tengan una demanda muy fuerte.

- Sin embargo, en la Facultad de Letras se habló de desaparición de algunas carreras.

- Aquellos meses fueron duros porque se creó un ambiente muy tenso pero se solventó de una manera favorable, que garantizaba la permanencia de esos grados, sólo que ordenados de otra manera para asegurar su sostenibilidad.

- ¿Cómo ha respondido el alumnado en la matriculación a este nuevo mapa de estudios?

- Se puede hacer la comparación con años anteriores pero resultaría falsa: ha cambiado la estructura de los grados, algunos antes no existían o solo en parte, tienen un contenido diferente… y eso puede hacer que sean más o menos atractivos.

- Las estadísticas dicen que entran menos universitarios.

- Las variaciones sustanciales vienen sobre todo por los cambios demográficos. La UPV tenía hace años más matrículas pero no es que haya dejado de ser atractiva, sino que hay menos jóvenes en edad universitaria por el bajón de la natalidad de hace veinte años. Ahora se está notando un ligero repunte por la incorporación de los hijos de los inmigrantes y eso es importante, enriquecedor y esperanzador.

- ¿La crisis también les ha hecho ganar estudiantes?

- No puedo dar pruebas pero parece que en momentos de menor empleo aumenta el interés por iniciar o continuar estudios. También se ha comprobado que en zonas con una economía boyante el número de jóvenes que ingresan en la universidad es menor porque si hay posibilidades de empleo, muchos no siguen estudiando y ése es un problema de futuro en las sociedades ricas.

- En el ‘top ten’ de carreras más demandadas en la UPV/EHU aparece Traducción e Interpretación, del campus alavés, en tercer lugar. ¿Se ha pensado, por ejemplo, ampliar las sesenta plazas actuales?

- El problema en ésta como en otras carreras es que no se puede de la noche a la mañana aumentar el límite de plazas y tampoco puede que haga falta más porque luego no encuentran un trabajo encajado. Todas sufren altibajos, son cíclicas y no se pueden quitar porque haya pocos alumnos.

- El proceso de Bolonia trae, además, un cambio de mentalidad. ¿Se acabó el ‘yo voy a clase si me apetece y si no ya me dejará alguien los apuntes’?

- Va a ser y debe ser así. Un estudiante lo que tiene que hacer es estudiar y, teniendo en cuenta que en la universidad pública está subvencionado en gran parte con nuestros impuestos, debe dar un rendimiento suficiente. Las nuevas metodologías docentes miden los conocimientos y también cómo trabaja, cuántas horas mete, qué competencias adquiere… y esto exige una presencia casi permanente.

- Su mandato ha estado también marcado por la inauguración del centro de investigación Lucio Lascaray, que cumplirá su primer año en un mes. ¿En qué fase se halla?

- Ha sido un año de rodaje del edificio donde los equipos, los grupos de investigación y los laboratorios están casi al 100%. Ahora se está finalizando un laboratorio de alta bioseguridad tan importante que hoy sólo hay otro en toda la comunidad autónoma vasca y la Semana de la Ciencia la haremos este año aquí.

- Este proyecto aparecía en el anterior plan plurianual de inversiones. ¿Qué incluirá el próximo?

- En este momento estamos en negociaciones con el Gobierno vasco, pero lo que no me cabe duda es de que se van a mejorar las infraestructuras docentes e investigadoras.

- ¿Álava cuenta con opciones de que lleguen nuevas titulaciones?

- A mí me gustaría tener todas aunque hay que pensar cuáles serían razonables. Se empieza a barajar Veterinaria y quisiera entrevistarme con las instituciones vitorianas sobre la posibilidad de implantarla.

- Este curso nació el posgrado en Enología en la Facultad de Farmacia, ¿se prevé aumentar la oferta?

- El máster en Enología es muy interesante por su relación con uno de los sectores boyantes de la economía alavesa pero el próximo curso nos gustaría comenzar otro sobre paisaje. La gente se olvida de la importancia de los posgrados y un campus será fuerte en el futuro si imparte unos buenos porque no es poner por poner, sino por calidad.

- En cuanto a proyectos parece que campus como el de Vizcaya van por delante. ¿Percibe cierto abandono de los centros alaveses?

- Es una percepción que existe, pero equivocada. Los presupuestos universitarios se reparten de forma equitativa entre los tres campus en función de su peso y se intenta no hacer injusticias comparativas. En años anteriores hubo proyectos en Álava pero no en Vizcaya, y ahora que los tienen recibe un apoyo fortísimo de su Diputación y de la BBK. En su nuevo paraninfo, por ejemplo, no hay dinero universitario sino que lo ha hecho la BBK y lo ha cedido a la UPV.

- ¿Falta aquí el respaldo externo?

- Todos queremos más pero cuando hemos ido con algún proyecto concreto, las instituciones alavesas lo han apoyado y creo que lo van a seguir haciendo.

«No puede ser una burbuja»

- Otra de las sensaciones que desprende el campus es que vive de espaldas a Vitoria…

- La relación es reducida y estamos actuando en este sentido. El campus es parte de la ciudad y pertenece al ciudadano, no puede ser una burbuja aunque hay barreras psicológicas y físicas que romper.

- Esta última caerá con el soterramiento y la desaparición de las vías. ¿Parte de ese nuevo espacio libre será para la universidad?

- A mí me gustaría y creo que el actual Ayuntamiento es consciente de que ese pasillo no debe ser sólo para la construcción de viviendas.

- Al campus llegan muchos alumnos de fuera de Vitoria pero pocos fijan su residencia en la ciudad. ¿Dónde se falla?

- Hubo un estudio de movilidad para conocer la situación y del número total de estudiantes, más de la mitad no procede de aquí y de esa mitad, la mitad se queda en Vitoria. Muchos no se ven tentados a quedarse porque el traslado es muy fácil y resulta complicado convencerles porque igual les sale más barato moverse en autobús. Por eso trabajamos en la creación de apartamentos de alquiler en el Casco Viejo y también tenemos un proyecto, aún en fase embrionaria, de nueva residencia.

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