Desmantelados 15 talleres de confección clandestinos

El País, EL PAÍS, 31-10-2010

Agentes de la Policía Nacional han desmantelado en varias localidades de la provincia de Valencia 15 talleres de confección clandestinos, dedicados al cosido de prendas de vestir y en los que varios ciudadanos de origen extranjero eran presuntamente explotados laboralmente. Según un comunicado de la Jefatura Superior de Policía de Valencia remitido ayer, en la operación, desarrollada con la Inspección Provincial de Trabajo, se ha detenido entre junio y octubre a 19 personas.

Nueve de ellas, cinco mujeres y cuatro hombres, de entre 27 y 63 años, han sido detenidas como presuntas autoras de un delito contra los derechos de los trabajadores. Seis son de origen latinoamericano, dos de origen español y otro ucraniano. Las otras diez personas, empleados de origen nicaragüense, paraguayo, argentino, costarricense, boliviano y chino, han sido detenidos por infringir la Ley de Extranjería. Los agentes realizaron registros en siete talleres de Valencia, ocho de Torrent, tres de Xirivella, uno de Manises y uno de Catarroja – Alfafar, en donde intervinieron diversa documentación.

La investigación se inició a mediados de mayo, cuando los policías conocieron la existencia de talleres de confección clandestinos en varias localidades valencianas en los que se estaría explotando laboralmente a ciudadanos de origen extranjero. Durante las investigaciones, se averiguó que se trataba de talleres dedicados al sector textil, concretamente al cosido de prendas de vestir, especialmente uniformes escolares, cuya actividad no estaba dada de alta. En los mismos trabajaban ciudadanos de origen extranjero en situación irregular y otros que, aunque poseían autorización para trabajar, lo hacían sin contrato ni alta en la Seguridad Social.

La policía averiguó que algunos de estos talleres estaban ubicados en viviendas particulares en los que los trabajadores, además, residían en condiciones precarias de higiene y hacinamiento. También pudieron determinar que la empresa textil entregaba a diario mercancía para su confección en estos talleres, al mismo tiempo que recogía las prendas ya confeccionadas, a las que únicamente les faltaba el etiquetado para venderlas en dos locales que la empresa poseía en Valencia.

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