El Gobierno francés informó ayer de que entre el 1 y el 17 de este mes ha expulsado a 8.601 rumanos en situación irregular. El anuncio de las autoridades galas coincide con la presentación de un programa para reinsertar a esas personas en sus países de origen. El proyecto contará el próximo año con una dotación de un millón de euros. El Ministerio de Inmigración galo no quiso precisar cuántos de los expulsados eran gitanos. No obstante, señaló en un comunicado que 7.447 habían salido «de forma voluntaria». Hace once días, el mismo departamento del Elíseo apuntó que desde comienzos de agosto han sido deportados un total de 10.000 rumanos y búlgaros.