La policía desaloja un bloque de casas ocupadas en Málaga

El País, F. J. P., 21-10-2010

El interventor del Ayuntamiento de Sevilla, José Miguel Braojos, considera que el pliego de condiciones para la venta de suelo en Mercasevilla es “mejorable” pero “legal”. El inmueble, en un estado ruinoso, fue desalojado a primera hora de la mañana por agentes del Cuerpo Nacional de Policía, en cumplimiento de una orden judicial dictada el pasado mes de julio.

Tras la actuación policial, que se desarrolló sin incidentes, quedaron en la calle medio centenar de personas, la mayoría inmigrantes y de etnia gitana, que habían ocupado el inmueble con sus escasas pertenencias.

Los servicios sociales del Ayuntamiento ya habían anunciado a los ocupantes del edificio la orden judicial de desahucio. El inmueble, situado en el barrio de la Goleta, uno de los más castigados del centro histórico, está formado por dos bloques de viviendas levantados en 1928. Cuando los servicios sociales entraron en él lo encontraron lleno de basuras y escombros. Los edificios de calle Mariscal fueron objeto de uno de los casos más sangrantes de asustaviejas – propietarios dedicados al acoso inmobiliario – que se han dado en la capital malagueña.

En el año 1997, uno de los residentes, que vivían con un contrato de alquiler de renta antigua, denunció que el anterior dueño del edificio, Jesús Jiménez Astorga, estaba dejando pudrir el inmueble con los inquilinos dentro para forzar su salida y especular con la casa. Durante años, el propietario desoyó todas las órdenes municipales para adecentar el edificio, entre ellas reponer falsos techos, eliminar humedades y sustituir cristales y carpinterías rotos. Los insectos y los roedores campaban a sus anchas por el inmueble y personas sin hogar reemplazaban a los inquilinos que se iban yendo.

Finalmente, en junio de 2008, el Ayuntamiento optó por expropiar los dos bloques y sacarlos a subasta por algo más de 2,4 millones de euros, aunque nadie quiso pujar. La Junta de Andalucía consiguió una nueva casa para los inquilinos antiguos, que dejaron su sitio a los okupas desalojados ayer.

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