Aunque aterrizó ayer en Ankara, el presidente alemán, Christian Wulff, inicia hoy en Turquía un viaje oficial que le llevará a reunirse con los máximos representantes políticos y sociales de ese país, justo cuando el debate sobre la inmigración en Alemania – y, en especial, la de la comunidad musulmana – ha alcanzado su punto más álgido y polémico. Wulff se reunirá con el presidente turco, Abudulá Gül, y con el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. Además, pronunciará un discurso en el Parlamento.

En el trasfondo de este viaje está no solo el anuncio por parte del Gobierno alemán del endurecimiento de las leyes de inmigración, sino, principalmente, las palabras de la cancillera, Angela Merkel, que el fin de semana anunció el fracaso en Alemania de la sociedad multicultural.

ISLAMOFOBIA / Todo ello ha contribuido a potenciar más aún el creciente sentimiento de islamofobia que, según apuntan diversos estudios realizados en las últimas semanas, se extiende por todo el territorio alemán, donde viven cerca de tres millones de turcos. En esta línea, los medios germanos mirarán con lupa los movimientos que, a partir de hoy, lleve a cabo Wullf en territorio turco y principalmente el tono y enfoque que pueda adoptar su discurso, en especial en su encuentro con el presidente turco, Abdullah Gül.

Y es que en numerosos medios alemanes todavía resuenan las declaraciones que efectuó el presidente con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de la reunificación alemana. «El islam forma parte de Alemania», aseguró. Estas palabras recibieron duras críticas por parte de diversos sectores públicos, incluidos numerosos miembros de su partido. Según algunos rotativos alemanes, el posicionamiento de Wulff obligó a Merkel a pronunciarse, ya que algunos sectores de su propio partido – que venían desde hace tiempo pidiendo a la cancillera un cambio de postura – incrementaron la presión.