Viena teme a las ‘hordas turcas’

Los herederos de Haider se afianzan en la capital austriaca

El Mundo, , 18-10-2010

AITOR HERNÁNDEZ-MORALES / Viena
Enviado especial
Antes de la llegada de GeertWilders
y de su pelo rubio platino, una de las
caras más reconocibles de la extrema
derecha europea era el austriaco
JörgHaider, el histórico gobernador
de Carintia fallecido hace dos
años. Sus herederos acaban de marcar
un nuevo auge para el Partido
por la Libertad (FPÖ) tras cosechar
el 27,1% de los votos y convertirse
en la segunda fuerza en el Ayuntamiento
de Viena. Un resultado que
reafirma una tendencia que ya se
percibió en los últimos comicios nacionales,
cuando el partido se consolidó
como la tercera formación
del Parlamento austriaco.
«Demasiados extranjeros no son
buenos para nadie». Con este eslogan
electoral Heinz-Cristian Strache
se ha convertido en la nueva cara
–con brillantes ojos azules– del FPÖ.
Quienes le votan pretenden protestar
contra los inmigrantes turcos y
del Este. «Es la reacción del pueblo
ante años de pasotismo gubernamental
», declara JohannesHübner,
diputado de la mencionada formación.
«Se tiene que regular la inmigración.
Los musulmanes rechazan
integrarse, se encierran en sus propios
barrios y no intentan aprender
el idioma», añade. «La entrada de
Rumanía y Bulgaria en la UE nos
trae a ciudadanos de Estados que
no funcionan, que están llenos de
corrupción…No se puede seguir importando
un virus».
Aunque Austria es uno de los países
en los quemenos se ha llegado
a notar la crisis económica, el discurso
del FPÖ tiene éxito entre los
sectores más populares al alegar
que el país está amenazado por
quienes lo quieren llenar de mezquitas
y burkas y robarle los trabajos
a los austriacos «nativos».
«Históricamente Austria ha sido
la última frontera ante la agresión
del Imperio Otomano. Es inevitable
que las referencias a unas ‘hordas
turcas’ tengan éxito», explica Anton
Pelinka, sociólogo de la Universidad
Centroeuropea, aludiendo a los jóvenes
sin educación superior y de
perfil económico bajo, base de apoyo
de la ultraderecha. «Les vota
gente que se siente amenazada por
la globalización, pero los inmigrantes
buscan trabajos que los austriacos
ya no quieren hacer. Los del
FPÖ votan motivados por miedo a
algo que no existe».
Los extranjeros en Viena viven
aislados. «El Estado les ha abandonado,
están en barrios marginales»,
explica Sonja Puntscher-Riekmann,
vice rectora de Estudios Internacionales
de la Universidad de Salzburgo.
«Inicialmente sólo trabajaban
unos años y luego volvían a casa,
pero desde los años 80 se han traído
a sus familias y se han quedado a vivir
en estos barrios, que los austriacos
nativos abandonaron».
«El FPÖ vive gracias a la polémica
y sus líderes –siempre altos y
fuertes, para apelar al ideal austriaco–
cambian de tema según el éxito
que pueda tener entre las clases bajas.
Bajo Haider el enemigo era Bruselas,
o quien se aprovechaba del
sistema social. La xenofobia es simplemente
la canción delmomento».

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