BARCELONA – Redacción
El Partido Popular parece dispuesto a hacer de la inmigración uno de los temas estrella en las elecciones catalanas del próximo 28 de noviembre. Ayer, Alberto Fernández Díaz, presidente del partido en el Ayuntamiento de Barcelona, lanzó un mensaje unívoco en el transcurso de un mitin en Salt: “Si los inmigrantes no cumplen las normas básicas de convivencia, no tendrán la posibilidad de permanencia en nuestro país”. El municipio en el que Fernández Díaz pronunció esta afirmación es uno de los más afectados por el tema. Salt, con un 41% de su población foránea, es uno de los municipios con más extranjeros de Catalunya.

El representante del PP no mostró ninguna duda acerca de cómo debe aplicarse esta exigencia. Fernández Díaz defiende que cuando los inmigrantes acudan a renovar sus permisos de residencia o de trabajo, deberán contar con un certificado que indique que son personas que saben convivir. Es decir, que no han acumulado sanciones por actitudes incívicas, que sus hijos están escolarizados, que tienen buenas relaciones con sus vecinos y que nadie se ha quejado de ellos. Correspondería a los ayuntamientos la elaboración de estos hipotéticos certificados.

Fernández Díaz también defendió que para poder acceder a una vivienda social, un inmigrante deberá haber estado empadronado en el lugar un mínimo de diez años. “Hay que demostrar un mínimo de arraigo en la ciudad”, aseguró.

Las propuestas de Fernández Díaz, en todo caso, no constituyen una novedad absoluta en una candidatura del PP. En las elecciones autonómicas del año 2007 ya estaban en el programa electoral. En el actual también consta que los Ayuntamientos denuncien a la policía a los sin papeles inscritos en el padrón municipal.