Los retos de la inmigración

Alemania renuncia a ser multicultural

Merkel afirma que el intento de una sociedad diversa "ha fracasado"

La Vanguardia, RAFAEL POCH - Berlín. Corresponsal , 18-10-2010

ESTRATEGIA Con su discurso, Merkel complica la posible formación de un partido xenófobo

EL ERROR “Nos engañamos a nosotros mismos cuando dijimos ‘no se van a quedar’”
Desde que Thilo Sarrazin, un economista socialdemócrata del Bundesbank, publicó en septiembre su libro Alemania se disuelve,en el que evoca una supuesta degeneración de la nación a través del aporte emigrante extranjero, el país está en ebullición.

“A principios de los años sesenta, nuestro país llamaba a los trabajadores extranjeros – llamados trabajadores invitados-para que vinieran a trabajar a Alemania y ahora viven aquí”, explicó Angela Merkel en un discurso pronunciado este fin de semana en Potsdam ante las juventudes de su partido, la Unión Cristiana Demócrata (CDU).

“Nos engañamos a nosotros mismos cuando dijimos ´no se van a quedar, en algún momento se irán´. Eso no ha sido así – continuó la canciller-.Y, por supuesto, esa perspectiva de sociedad multicultural, de vivir juntos y disfrutar del otro, ha fracasado, ha fracasado totalmente”.

Fue la principal aportación que Merkel ha efectuado al debate del último mes, en el que su mensaje esencial ha sido el de aumentar la exigencia hacia los que vengan a vivir aquí desde otras culturas. El islam forma parte del país, como dijo el presidente Christian Wulff durante la fiesta nacional en un discurso muy polémico, hay que aceptar las mezquitas como parte del paisaje nacional, sí, pero también hay que aprender el idioma alemán, y los que no se integren y acepten los valores (cristianos) locales están de más.

Con este mensaje algo endurecido, Merkel se pone a tono con la situación. Por un lado, sale al paso de las críticas de quienes, desde su partido o el de los compañeros bávaros de coalición (CSU), le reprochan su supuesto descuido de los valores conservadores. Por el otro, complica la posible formación de un partido xenófobo, de los que están floreciendo en Europa conservador tradicional. Los resultados de algunas encuestas sobre inmigración e islamofobia son preocupantes, pero, desgraciadamente, ese no es un tema alemán, sino paneuropeo. El debate alemán tiene algo de “histérico, hipócrita y desmesurado”, dice el secretario general de la organización de los judíos en Alemania, Stephan Kramer.

Todo el mundo parece haber olvidado algunas cosas importantes, como lo mucho que ha cambiado este país provinciano – en el sentido de que no tuvo un verdadero imperio colonial que interactuara e influyera sobre la metrópoli en el siglo XIX y XX-,en cuanto a experiencias y apertura al mundo exterior, en los últimos diez o veinte años.

Alemania, país que llegó tarde al gran reparto e intentó proyectar sobre la propia Europa el mismo tipo de imperio racista que otros habían proyectado en lejanos territorios, con resultados nefastos, es contemplada como una especie de capítulo aparte en el continente. Como resultado, actitudes xenófobas que ya son moneda corriente en casi toda Europa son recibidas, en Alemania y desde Alemania, con particular alarma.

Se olvida que los barrios de emigrantes en las ciudades alemanas no están, ni de lejos, tan degradados como sus correspondientes en Francia, un país que tuvo una intensa experiencia colonial, lo que no impide la existencia de verdaderas páginas en blanco coloniales en su historia. Se olvida que en estabilidad social, medida en un orden cívico elemental y en el respeto y acatamiento a la ley, esta sociedad tiene mucho de lo que enorgullecerse. Y se olvida también que, a diferencia de tantos países europeos, Alemania carece de partidos xenófobos como los que hay en Italia, Holanda, Hungría, Francia, Austria, Suecia, etcétera, etcétera, porque la lista se alarga con cada consulta electoral.

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