Bilbao. Los vecinos y comerciantes de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala se reunieron ayer en una concentración en el 28 de la calle Dos de Mayo. Su petición era clara: “Recuperar el barrio de toda la vida, sin delitos, sin violencia, sin conflictos”. Con este fin, un centenar de vecinos se concentró en el cruce de la calle San Francisco con Dos de Mayo, bajo la atenta mirada de varias dotaciones de la Ertzaintza y la Policía Municipal. “Es difícil para los vecinos dar la cara porque esta gente nos conoce y un día nos va a pasar algo”, indicó Javier, vecino de la zona.

La mayor presencia policial no era exclusiva de ayer. Según los vecinos, desde la denuncia hecha pública en DEIA, el número de agentes en la zona, tanto locales como autonómicos, se ha incrementado. “Incluso, desalojan las aceras cuando estas personas se reúnen en ellas; pero en cuanto se relajen los agentes ellos volverán a tomar las calles”, afirmó resignado Javier.

“Tenéis que armar más jaleo. Que os oigan. Cortar la Gran Vía si es preciso”, aconsejó uno de los agentes presentes en la concentración. Y es que, muchos policías, testigos y afectados directos de los problemas que sufre el barrio, se posicionan a favor del fin de este conflicto. “El problema se concentra en este barrio, pero se extiende al resto de la ciudad”.

Lemas integradores Tal y como adelantó a DEIA la pasada semana Ángel Tejedor, presidente de la Asociación Movimiento Ciudadano del Distrito, los vecinos mostraron “eslóganes integradores” con los que pedían al gobierno municipal y al resto de autoridades una solución para su barrio. “Llevamos toda nuestra vida aquí, porque éste es nuestro barrio y aquí queremos seguir”, manifestaban.

Los lemas eran contundentes, con frases como: Emigrantes sí, mangantes no; Hoy me han robado el móvil en San Francisco; ¿A quién votar para solucionar?; Devolvedme mi barrio, me lo habéis robado, o Ellos nos llaman racistas, pero ellos demuestran serlo.

El acto de protesta era el colofón a unos meses muy tensos. Los vecinos – “de primera, como los impuestos que pagamos por vivir en esta zona” – llevan tiempo soportando insultos, vejaciones, amenazas, agresiones y malas conductas por parte de “un grupo de jóvenes en concreto”. “No teníamos pensado actuar por el momento, esperábamos que las autoridades tomaran cartas en el asunto; pero esta última agresión ha colmado el vaso”, afirmaba Ángel Tejedor. El portavoz vecinal se refería a la última agresión, registrada la pasada semana en la calle Dos de Mayo, en la que un vecino acabó con el tabique nasal fracturado al tratar de salir de su portal. Los vecinos están “aburridos de ver cómo día a día estos jóvenes problemáticos campan a sus anchas por el barrio sin que la policía pueda hacer nada”, afirma Javier.

Y ayer, mientras los vecinos protestaban contra este grupo conflictivo, algunos de ellos paseaban por los alrededores observando cautelosos lo que allí ocurría. No hubo cruces de miradas, y mucho menos de palabras – sólo se registró un pequeño conato de enfrentamiento – . El grupo de vecinos se dispersó media hora después y la calle Dos de Mayo volvió a su rutina diaria.