LA JORNADA DE FÚTBOL INTERNACIONAL

Los ultras serbios obligan a suspender el partido en Italia

El árbitro paró el encuentro a los 6 minutos por el lanzamiento de bengalas

El Periodico, RAÚL PANIAGUA BARCELONA, 13-10-2010

Los ultras serbios, famosos por su virulencia, sembraron ayer el caos en Génova. Obligaron a suspender el duelo ante Italia a los seis minutos de juego en un ambiente lleno de tensión que no hacía presagiar nada bueno. En otros partidos de la jornada, Holanda, Francia, Alemania y Portugal ganaron sin apuros. La Inglaterra de Fabio Capello tropezó ante Montenegro en Wembley (0-0).
Se esperaba con mucho temor la presencia de aficionados serbios en Génova. Los hinchas balcánicos son temibles por su comportamiento violento. En el estadio Luigi Ferraris no pararon de caer petardos y bengalas. Una de ellas estuvo a punto de impactar en el meta italiano Emiliano Viviano, lo que llevó al colegiado escocés Craig Thomson a dar por acabado el choque (0-0) tras hablar con los capitanes. «Era imposible jugar. Tendría que haber estado siempre de espaldas para evitar que me alcanzase una bengala», dijo Viviano. El partido empezó con 37 minutos de retraso por los altercados protagonizados por los ultras serbios, tanto en las gradas como fuera del estadio. Antes de llegar al campo, unos 300 hinchas causaron una batalla campal al lanzar piedras y petardos contra las tiendas del centro de la ciudad y las fuerzas del orden. Apedrearon, incluso, el autobús de su selección, hasta el punto de herir al portero Vladimir Stojkovic, que no pudo disputar el choque.

La policía italiana detuvo a una decenas de seguidores serbios antes de entrar en el campo, pero la batalla siguió dentro. Los aficionados italianos respondieron abucheando el himno serbio, lo que encrespó aún más los ánimos de su rival.

CERCA DE 1.500 HINCHAS / Lejos de disfrutar del fútbol, los 1.500 serbios que acudieron al partido se dedicaron a sembrar el caos lanzando bengalas. Los ultras balcánicos, que llevaban pancartas contra la independencia de Kosovo, también causaron graves destrozos, arrancaron asientos y rompieron los baños. Incluso intentaron entrar en el césped y pasar al sector de la afición local.

Al abandonar el estadio continuaron los terribles enfrentamientos con las fuerzas del orden. «No he visto nada igual en mi vida. Siento una gran amargura. En el estadio había muchos niños que venían a un espectáculo», dijo Cesare Prandelli, seleccionador de Italia. «Fueron momentos difíciles y de mucha tensión porque no sabíamos qué hacer. Son cosas muy raras que no tienen que pasar jamás», concluyó Rossi.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)