COMICIOS PRESIDENCIALES, LEGISLATIVOS Y CANTONALES | Análisis

El fracaso de los estados étnicamente puros

El Periodico, 02-10-2010

Todo el mundo necesita un país del que formar parte, pero la multiplicación de Estados que generó el colapso de la antigua Yugoslavia, no ha resuelto en Bosnia esta condición básica de ciudadanía. Quince años después del final de la guerra, crear un país sigue siendo el reto principal al que deben hacer frente las elecciones de mañana.

A pesar de que nuestra atención tiende a olvidar esta parte del mundo a favor de otros hervideros, es aquí donde la idea de una Europa consistente puede sufrir otro fracaso profundo. Ya sucedió durante los años de guerra, donde la pasividad de Occidente y sus denominados «planes de paz» auspiciaron el genocidio de Srebrenica y las masacres de Sarajevo, como parte de la idea de que el conflicto solo podría resolverse mediante la división del territorio, a partir de líneas étnicas.

Bosnia se convirtió así en un país de perdedores y aunque la guerra acabó, su historia, desde entonces, sigue siendo la historia de una derrota: el final del multiculturalismo real de sus ciudades y el de la convivencia multiconfesional en un pequeño país habitado por las etnias serbia, croata y bosniomusulmana.

Los acuerdos de Dayton pusieron fin al conflicto pero diseñaron un sistema que premia el nacionalismo excluyente y promueve el enfrentamiento étnico. Un Estado federal sin poderes, bajo tutela internacional, dividido en dos entidades autónomas: la República Srprska, de mayoría serbia, y la Federación musulmanocroata.

Desde entonces todos los intentos para cambiar la Constitución han fracasado y la principal reforma que se plantea es otra posible división para que los croatas tengan su propia entidad autónoma.

Parece poco probable que, en medio de la exaltación de los nacionalismos gobernantes, las elecciones cambien el actual entorno político, pero puede haber alguna oportunidad. De las urnas mañana depende que Bosnia afronte el camino hacia una convergencia europea futura, con un Estado federal más fuerte que sus periferias nacionales y una consolidación progresiva de la democracia.

No es un reto al que los bosnios puedan hacer frente solos, Europa debe implicarse, corregir así el error que llevó a crear estados tan puros como enfrentados y evitar que caminen irremisiblemente hacia el fracaso de su pasado violento y enciendan de nuevo la mecha balcánica.

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