BARCELONA – Redacción

UNA VEZ MÁS Hacía cinco años que Rabat abandonaba en el desierto a cientos de subsaharianos

DESALOJO VIOLENTO Algunos emigrantes sufrieron daños a manos de las fuerzas de seguridad
Ni parturientas ni recién nacidos se han librado. Las fuerzas de seguridad marroquíes llevan mes y medio realizando expulsiones masivas de emigrantes subsaharianos sin papeles hacia la tierra de nadie junto a la frontera con Argelia. Sin comida ni agua. La acción ha afectado, hasta ayer mismo, a entre 600 y 700 personas, informó en un comunicado Médicos sin Fronteras (MSF).

“Es un paso atrás”, declaraba a este diario Jorge Martín, coordinador general de MSF en Marruecos, desde la ciudad fronteriza de Uxda.

Es un retroceso porque, desde que hace cinco años se produjeron expulsiones masivas a zonas desérticas de la misma frontera, la situación había ido mejorando. Así lo reflejaba MSF en sus informes del 2007 y de marzo de este mismo año. “Habían conseguido acceso a cierta atención médica y podían relacionarse con la población autóctona”, reconoce Martín. Ocupaban casas abandonadas y habían montado tiendas muy precarias para guarecerse. Las fuerzas de seguridad han arrasado gran parte de ellas.

Una mujer que había parido seis días antes permaneció cinco días en un calabozo con su hijo recién nacido. Después de ser expulsada consiguió volver a Uxda, donde el personal de MSF la ha atendido de un síndrome gastrointestinal agudo.

Marruecos es la última etapa del viaje que los subsaharianos sin visado emprenden hacia Europa. Se calcula que hay unos diez mil esperando la oportunidad de entrar en España. Algunos de ellos llevan dos años intentándolo. Otros han desistido y se han instalado en el país, sobre todo en las grandes ciudades: Casablanca y Rabat.

Médicos sin Fronteras ha detectado la repercusión que las redadas y expulsiones han tenido en la salud de los emigrantes, que se encontraban en ciudades tan diversas como Alhucemas, Casablanca, Fez, Nador, Rabat, Tánger y Uxda. De los 186 pacientes que han atendido en las últimas semanas 103 presentaban “lesiones y daños directa o indirectamente vinculados a la violencia de las detenciones. No hemos tenido que operar a nadie pero sí aplicar puntos de sutura por heridas”, afirmó Matín.