Olivier Roy analiza cómo la separación de religión y cultura se hace por el fundamentalismo

Lasanta ignorancia

La Vanguardia, ISABEL RAMOS RIOJA, 26-09-2010

Religión y cultura están
tomando caminos
separados. ¿Resultado?
Conversiones
poco habituales
y una versión fundamentalista de
la fe. En su último libro, La santa
ignorancia, el experto en estudios
islámicos, religionesyOriente
Olivier Roy analiza cómo “el
mito de la religión pura” que se
forma al margen de la cultura es
consecuencia de la mundialización
y de la crisis de esas culturas
de las que reniegan. Roy estuvo
recientemente en Barcelona invitado
por el Institut Europeu de la
Mediterrània (IEMed) para participar
en un seminario sobre La influencia
del islam en Europa.
MarruecosyArgelia están persiguiendo
a los cristianos. Salvo
excepciones, son musulmanes
convertidos al protestantismo.
En España, la Iglesia católica
pierde adeptos, pero aumenta el
número de conversos al islam.
Los musulmanes adoptan las formas
más austeras y rígidas de su
práctica religiosa (el salafismo), y
son los países de la Commonwealth
los que toman el relevo
del Reino Unido en la Iglesia
anglicana.
No se trata de separar religión
y política sino de expurgar de toda
connotación local, de tradición
de un lugar, a la religión.
En Europa tenemos musulmanes,
no un islam, que es un concepto
abstracto.
En las sociedades tradicionales
hay un islam cultural, pero en
las sociedades secularizadas hay
una división entre religión y cultura,
que se pierde en una generación.
La presencia del islam en
Europa ha crecido exponencialmente
por la vía de la inmigración.
En la primera generación,
asegura Roy, el islam llega con la
carga cultural de los musulmanes
que lo han traído. En la segunda
generación, ese aspecto cultural
se pierde porque los hijos de
magrebíes ya no hablan árabe, siguen
la street culture estadounidense,
visten al estilo street wear,
escuchan rap… y se definen musulmanes.
Hay una excepción: en
los turcos la cultura tarda más en
desaparecer porque mantienen
la lengua durante generaciones.
Paradójicamente, quienes conservan
la religión de sus padres
no la viven como lo hacían estos
sino que adoptan el salafismo,
esa manera austera y rigorista de
volver al islam del siglo VII. Vivir
como lo hizo Mahoma con sus
compañeros y tomando el Corán
y la sunna (tradición) al pie de la
letra. Es un islam que puede considerarse
fuera de la cultura, pero
que está impregnado de la cultura
de la península Arábiga. “Y
si son menos rígidos –comenta
Roy–, adoptan el sufismo”, la vía
mística del islam.
“Es un error pensar que la integración
de los musulmanes tiene
que pasar por la liberalización,
por la modernización del islam.
Las reconstrucciones religiosas
no son liberales; ni en el judaísmo,
ni en los protestantes. En el
islam la reconstrucción se hace
por la vía del fundamentalismo,
que es una expresión de la crisis
de la cultura árabe”, añade.
El número de niñas, jóvenes y
mujeres con velo se multiplica
díaadía. “El velo –argumenta Olivier
Roy– no es tradicional. Ahora
el velo tiene que ser bien visible.
La cruz, también. Y la kipá.
Como los protestantes no tienen
símbolos, llevan camisetas con lemas
religiosos”. Son born-again,
renacidos, como George Bush.
¿Pisarán los hijos ese camino
de los renacidos apenas hollado
por sus padres? Los salaf son los
predecesores, pero hay salafistas
de nuevo cuño que ya están dejando
la senda, como explicaba a este
diario el experto en yihadismo
mundial Jean-Pierre Filiu.
Lo particular del islam ydel judaísmo
es que la práctica religiosa
se basa en la norma y no en la
espiritualidad. Roy desgrana los
detalles: “Utilizan las palabras
árabes (din en lugar de religión,
muslima en lugar de musulmana);
llevan bigote de un milímetro
sobre el labio superior, se limpian
los dientes con un miswak
(palillo especial), llevan un qamis
[túnica usada por los islamistas]
por encima del tobillo que deja
ver unas Nike. Están

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