Más de 6.000 inmigrantes podrán votar por primera vez en las elecciones municipales

Acuerdos de reciprocidad con seis países posibilitan los nuevos sufragios activos Más de 2.500 de los 3.180 ecuatorianos que residen en Gipuzkoa están empadronados en Donostia

Diario de noticias de Gipuzkoa, jorge napal, 25-09-2010

Donostia. Como quien dice hasta hace dos días, tan utópico era pensar en un matrimonio entre personas del mismo sexo como en un inmigrante con derecho al voto en Gipuzkoa. El primero de estos extremos se hizo realidad hace cinco años, y el segundo va dando pasos firmes hacia una paulatina normalización. A más de 6.000 inmigrantes con residencia en el territorio ecuatorianos y colombianos a la cabeza, como colectivos más numerosos se les brinda la posibilidad de que, en mayo del año que viene, hagan ejercicio de su derecho al sufragio activo por vez primera, una quimera hasta hace nada.

Aunque hablar de las elecciones suena todavía a ciencia a ficción, la maquinaria ya está en marcha. Y se presenta en esta ocasión con novedades para aquellos extranjeros con residencia en Gipuzkoa a quienes el día a día de su barrio pasaba de largo sin poder cambiarlo.

Hasta ahora, sólo los oriundos de países de la Unión Europea y los nacidos en Noruega podían tomar parte activa en los comicios municipales. El freno que siempre ha existido para los inmigrantes lo ponía, y lo sigue haciendo, la Constitución. Diferentes iniciativas legislativas no han llegado a concretar el modo de reformarla. Lo máximo que se ha alcanzado es tomar el camino del medio, es decir, acuerdos de reciprocidad por los cuales un extranjero vota aquí en la medida que lo hace uno estatal en el país de destino.

El proceso de acuerdos bilaterales iniciado en 2008 culmina ahora en el caso de Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Paraguay y Nueva Zelanda, amén de otros acuerdos pendientes de aprobación. A día de hoy, según datos del Observatorio Vasco de la Inmigración (Ikuspegi), a un total de 7.801 inmigrantes residentes en Gipuzkoa se les brindaría por vez primera la posibilidad de votar. Se les exige el requisito de haber cumplido cinco años de residencia, lo que ocurre en el 80% de los casos, por lo que en torno a 6.240 personas estarían en condiciones de dar el paso.

La primera vez Hay quien dice que un inmigrante dejaría de serlo en su sentido peyorativo cuando tuviera derecho al voto. “Creo a partir de ahora se irán gestando las bases para alcanzar una mayor convivencia, más pacífica y respetuosa”, expresa Santiago Morales, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en el Estado (Fenadee). Morales lleva catorce años residiendo en el País Vasco, ocho de ellos en Donostia, y tendrá por vez primera la posibilidad de votar en unas elecciones municipales en Euskadi. “Es un paso importante en la medida que vamos a poder ejercer ciertos derechos ciudadanos que teníamos restringidos para nuestra población. Aunque todavía no podemos ser candidatos, tenemos una opción de decisión”, declara el portavoz.

Por motivos laborales, el presidente de esta asociación, que representa a 12.000 ecuatorianos en Euskadi, ha tenido ocasión de recorrer buena parte de los municipios de Gipuzkoa, donde residen en torno a 3.180 compatriotas. Asegura que la presencia de miembros del colectivo en Gipuzkoa, a diferencia de la dispersión que existe en Bizkaia, está muy concentrada. “En Donostia habrá unos 2.500 empadronados, y tenemos constancia de una importante presencia en Beasain, donde residen en torno a 300 compatriotas”, constata. No parecen cifras para inclinar la balanza en un sentido u otro. Como bien dice Morales, Gipuzkoa no es Madrid, Murcia, Barcelona o Valencia, “donde va a ser atractivo tocar la puerta de los inmigrantes”, pero cree que, quizá, a partir de ahora el colectivo reciba algún que otro guiño.

Aunque las elecciones parecen lejanas, la asociación está inmersa estos días en una campaña informativa para dar a conocer a sus compatriotas que tienen la posibilidad de votar. Diciembre está a la vuelta de la esquina, mes en el que se abre el padrón electoral, y desde la asociación están animando a todo el mundo a dar un paso hacia delante. “Hay mucho desconocimiento porque los ayuntamientos no están ayudando a la difusión. Deberían mojarse para dar a conocer esta realidad, pero los consistorios no parecen muy sensibilizados con este tema”, critica el portavoz del colectivo.

El colombiano Wilson Quintero, a quien también se le ofrece la posibilidad de votar por vez primera después de unos años de residencia en el País Vasco, critica que la nacionalidad no debería ser la única vía para acceder a los derechos políticos; cree que incluso podría ser más democrático tener en cuenta una residencia prolongada. “Siempre he sido un gran defensor de la participación social, más allá de que uno tenga o no la opción de votar. Lo importante es el concepto de ciudadanía y todo lo que ello conlleva”, defiende.

El abogado Mikel Mazkiaran, de SOS Racismo, cree que en los términos actuales, el voto no es precisamente el mejor contrato de integración. A su entender, “se va a pasar de hablar de ciudadanos de primera y de segunda, a inmigrantes también de dos clases”. La ONG siempre ha apelado a reformar la Constitución, convencidos de que la actual no es la mejor fórmula. “No lo es porque te puedes encontrar un país como Marruecos, donde el ejercicio del derecho al voto de un extranjero está muy limitado, y sería impensable que entrara en un acuerdo de estas características”. Por esa regla de tres, dice, un marroquí que viva en Gipuzkoa jamás tendrá la posibilidad de participar en unas elecciones.

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