Racismo es precisamente esto

La Vanguardia, Lluís Foix , 21-09-2010

La entrada de la extrema derecha xenófoba en el Parlamento sueco confirma la tendencia del miedo al otro que se está introduciendo en Europa, incluso en aquellos países de larga tradición de acogida como Suecia o Francia, o como en Italia, que lleva más de un año con una ley en vigor que castiga la clandestinidad como delito.

Suecia tiene la economía más saneada de la Unión Europea, con un crecimiento previsto para este año del 4 por ciento y con un desempleo del 8 por ciento. Los conservadores suecos han revalidado por primera vez una victoria electoral estando en el poder. Pero no con la mayoría suficiente para gobernar en solitario, con lo que los 20 diputados del partido de la extrema derecha pueden ser decisivos para formar un gobierno estable.

Holanda, el país más multiculturalista de Europa, ha puesto freno a la entrada de los más desfavorecidos y en Francia, el presidente Sarkozy ha tirado por la calle de en medio y está expulsando a los gitanos rumanos y búlgaros que viven en campamentos, contraviniendo la libre circulación de personas que establece el tratado de Lisboa y, sorprendentemente, ganándose el silencio cómplice de todos los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión que se dedicaron a criticar a la vicepresidenta de la Comisión, Viviane Reding, quien con un discurso subido de tono se limitó a pedir a Sarkozy que no actuara por su cuenta en cuestiones que tienen un claro tufo racista y que recordaban discursos de los años treinta, antes de que la noche cayera sobre toda Europa.

Hay unos nueve millones de gitanos en Europa que han practicado históricamente la trashumancia. No todos se mueven, como lo demuestran los gitanos, integrados a su manera, en Verdú, Hostafrancs y Figueres. No conozco el caso de Badalona, al margen del debate político suscitado por la presencia televisada de la líder del Partido Popular este fin de semana, acompañada de una diputada del partido de Sarkozy sin poder visitar un campamento de gitanos porque no existía.

El concejal Xavier García Albiol dijo el domingo que aquí la situación es peor que en Francia, “porque están repartidos por varios barrios de la ciudad haciendo la vida imposible a los vecinos y, encima, cuando nos quejamos, nos tachan de racistas”. Por muy impopular que sea, para mí, eso es precisamente racismo, por muchos votos que pueda cosechar.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)