El panorama postelectoral de Suecia. El fracaso de la marca política más influyente se atribuye a su alianza con antiguos comunistas y otros grupos a la izquierda

El castigo a los socialdemócratas

La Vanguardia, CECILIA MORA - Estocolmo. Servicio especial , 21-09-2010

La entrada de un partido xenófobo en el Parlamento, la derrota del Partido Socialdemócrata y la reelección de de un gobierno conservador marcan un hito histórico en las elecciones legislativas, provinciales y municipales del domingo pasado en Suecia.

Una corriente fría de preocupación ha corrido a lo largo y ancho de la geografía sueca al quedar claro que el xenófobo Sverige Demokraterna (Demócratas de Suecia), hace una entrada triunfal al Riksdag, el Parlamento sueco, con el 7,2% de la votación y 20 diputados de los 349 que integran la Cámara. La noticia ha conmocionado a todos los sectores de una sociedad que, con más de un millón de inmigrantes, durante medio siglo venía acariciando una imagen de nación democrática y abierta a recibir personas procedentes de todo el planeta.

Asimismo, la derrota del Partido Socialdemócrata – el principal componente de la CoaliciónRojiverde-,liderado por Mona Sahlin, marca otro hito histórico en el país. Pocos partidos políticos en el mundo han dejado una huella tan fuerte como este que sentó las bases de un Estado sueco de bienestar que, aunque con deterioros, se mantiene intacto en su base ideológica.

Con un 30,9% de los votos y 113 diputados, el Partido Socialdemócrata continúa siendo el partido más grande de Suecia con un pequeño margen de 9 puntos en relación con el Partido Moderado – el miembro más importante de la Alianza de centroderecha-,liderado por el primer ministro Fredrik Reinfeldt. Pero dos grandes derrotas seguidas, la de las elecciones pasadas del 2006 y el descalabro último, hacen pensar que la socialdemocracia sueca tal vez no vuelva a vivir sus viejas glorias.

La reelección de la Alianza dirigida por Reinfeldt también marca un cambio importante. Aunque la Alianza integrada por el Partido Moderado, el liberal, los centristas y los democristianos no obtuvo mayoría absoluta, esta es la primera vez en la historia reciente del país que los conservadores son reelegidos.

Algunos analistas atribuyen la derrota de los socialdemócratas a su lanzamiento electoral en el bloque que incluye al Partido de Izquierda (ex Izquierda Comunista, VPK) y al Partido del Medio Ambiente (Verde). Muchos electores socialdemócratas no ven con buenos ojos la cooperación con el Partido de Izquierda, que no ha logrado lavarse la imagen de comunista.

En cambio, el electorado premió la buena gestión económica de la Alianza de centroderecha, que logró capear el vendaval de la crisis financiera. Tradicionalmente, los gobiernos de centroderecha suecos se caracterizaron por un mal manejo de las finanzas. Pero, esta vez, la Alianza ha logrado demostrar que puede mantener su unidad pese a diferencias ideológicas y que puede manejar la economía.

Durante su mandato, la Alianza emprendió una serie de reformas impopulares para reducir las elevadas bajas por enfermedad. Las medidas han afectado duramente a enfermos crónicos que se han visto obligados a ir al trabajo. También redujo fuertemente las prestaciones a los parados y a los afectados por larga enfermedad. Para paliar estas medidas, el Ejecutivo bajó los impuestos de los asalariados, con lo que se ha ganado la simpatía de las clases medias y de sectores obreros. Tras una campaña muy bien llevada, el Partido Moderado se autocalifica de “el único partido de los trabajadores”, factor al que también se le atribuye su reelección.

El reto que afrontan tanto la Alianza de centroderecha como la Coalición Rojiverde es mantener la estabilidad del Parlamento pese a la entrada en el recinto de los 20 diputados del ultranacionalista Demócratas de Suecia.

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