La pesadilla de la ultraderecha

* La pesadilla de la ultraderecha - GEMMA SAURA * Suecia revalida a los conservadores (cont.) Rinkeby, el ´pequeño Mogadiscio´, tiene un 90% de inmigrantes y un 50% de paro

La Vanguardia, , 20-09-2010

GEMMA SAURA – Estocolmo. Enviada especial

“Los conservadores prometen una mezquita, cuando lo que necesita el barrio son empleos”
Rinkeby encarna todo lo que la ultraderecha detesta. Un barrio a sólo diez paradas en metro del centro de Estocolmo donde las tiendas de ropa venden chilabas y hiyabs, en los restaurantes se sirve kebab y café turco, nueve de cada diez habitantes son inmigrantes o hijos de inmigrantes, y por las calles se habla somalí, español, turco, bosnio, persa, árabe… y con suerte un poco de sueco.

“Uy, no. Los Demócratas de Suecia no han puesto los pies aquí”, dice el salvadoreño Eduardo Mejía, mientras reparte folletos de la Coalición Rojiverde que advierten en nueve idiomas: “Vota; te arriesgas a que los racistas entren en el Parlamento”.

Delante del colegio electoral, una herida de guerra: los cimientos de un centro juvenil incendiado a principios de verano. Un grupo de jóvenes, irritados o quizá simplemente aburridos porque no se les dejó entrar en una fiesta en un instituto, decidieron quemar el edificio. Luego se enfrentaron a pedradas con los antidisturbios y provocaron otros nueve incendios por el barrio.

Para Ann-Margarethe Livh, candidata municipal de la izquierda, el episodio es una consecuencia del olvido que ha sufrido Rinkeby durante los últimos cuatro años de gobierno conservador. “Han cerrado tantos centros culturales…, y en un barrio así es más importante que nunca que haya centros públicos adonde los jóvenes puedan ir, porque sus papás no pueden pagarles clases de vela o de tenis, y no tienen dinero ni para ir al centro de Estocolmo a bailar”. Viuda de un chileno y residente en Rinkeby desde hace 30 años, explica que el barrio tiene cada vez menos vecinos suecos y que los inmigrantes más establecidos, como finlandeses o latinoamericanos, también están dejándolo. “Y ya sabemos qué ocurre cuando los servicios públicos se deterioran y la gente con posibles se marcha: nace un gueto. Aún no es el caso de Rinkeby, pero si seguimos así lo será”.

Eduardo Mejía, que llegó a Rinkeby en 1982 huyendo de la guerra civil en El Salvador, también siente que el barrio está cambiando. “Antes, el ambiente era más multicultural. Había gente de todas partes y todos nos mezclábamos. Mis hijos crecieron aquí y desde bien chicos se acostumbraron a la diversidad, a oír decenas de idiomas cada día. Hoy es diferente, Rinkeby se ha llenado de somalíes. No lo digo como algo malo, pero es innegable que el ambiente ha cambiado”.

En los últimos años han llegado tantos somalíes que en Estocolmo se conoce al barrio como pequeño Mogadiscio.El año pasado, los servicios secretos suecos alertaron de que la milicia islamista somalí Al Shabab estaba reclutando a jóvenes en Rinkeby para la guerra santa en Somalia.

Que Rinkeby es un barrio de izquierdas lo evidencia el hecho de que en la plaza sólo tengan un puesto los socialdemócratas, la izquierda y los verdes. Pero los moderados del primer ministro saliente, Fredrik Reinfeldt, también tienen sus votos. Rahma Dirie, de 27 años y origen somalí, está a las puertas del colegio electoral repartiendo papeletas. Hasta ahora siempre había votado a los socialdemócratas, pero cambió de bando cuando vio “todo lo que los conservadores han logrado”. “Cuando emigramos a Suecia en los noventa, mi padre estuvo trece años sin trabajo. ¡Trece años! Tuvimos que irnos a Noruega. Yo creo en un país en el que la gente pueda ser autónoma y progresar sin tener que vivir del Estado. Y los moderados son los únicos que lo han logrado”, asegura.

Rahma explica a los que quieran escucharla que los moderados construirán la primera mezquita de Rinkeby. “Los socialdemócratas, tantos años en el gobierno y tenían a la gente rezando en las calles”. Ann-Margarethe Livh tiene otra opinión. “La derecha les promete una mezquita cuando lo que necesita este barrio es más inversión y más empleos (hay un 50% de paro). Claro que no es la primera vez en la historia que se usa la religión para comprar votos”, suspira.

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